martes, 2 de marzo de 2010


¡Pero si no fue nada!

por Wiliam Ajanel

Hace pocos días un amigo mío me contó una anécdota impresionante sobre Picasso, que decía más o menos lo siguiente:

Cuentan que una vez Picasso estaba en un parque cuando una mujer se le acercó y le preguntó si le podría hacer un retrato.

Picasso acepto y rápidamente hizo un boceto, después le mostró el boceto y ella complacida gustosamente pregunto que cuánto le debía.

Picasso le dijo: Cinco mil dólares. La mujer puso el grito en el cielo diciendo "¡Pero si le tomo solo 5 minutos!". El dijo, "No, madam, me tomo toda mi vida".


La situación laboral debido a la crísis es una fuerte influencia que en ocasiones nos lleva a menospreciar la labor que realizamos como técnicos y/o profesionales de nuestra rama. Pero sin duda, no existe nada más incómo y triste que tener que regatear nuestros servicios y defender nuestras habilidades frente al menosprecio los demás.

Algunas personas olvidan, e intentan que nosotros también lo hagamos; todas esas noches de desvelo, las "meteduras de pata", los proyectos, el ensayo y error, y las largas horas invertidas dentro de una disciplina para llegar un día y poder decir con total seguridad y propiedad: Yo se la solución.

Y en el peor de los casos, nosotros mismos olvidamos la inversión tan grande que hemos realizado en el tiempo y recursos para adquirir los conocimientos que hoy en día nos valen para hacernos de un empleo [ya sea como autónomo o empleado] y vendemos nuestro talento cual subasta de baratijas.

No hablemos de vivir como millonarios aprovechándonos de la ignorancia de los demás; hablemos de justificar nuestra labor no por el tiempo que nos tome realizar una tarea, sino más bien por el tiempo que nos tomó aprenderla; como mencionaba éste amigo mío a raíz de la anécdota: "Un experto es alguien que sabe qué no hacer".

Se podrían relatar miles de anécdotas y hechos de la vida laboral y cotidiana, donde nosotros mismos nos hemos visto involucrados en ese regateo que pone en duda la calidad del trabajo y las habilidades de una persona, y todo el proceso que la llevó hacia ése lugar. Sin duda alguna, uno de los parámetros más certeros siempre será la calidad del trabajo final y el empeño que los individuos pongan en realizar sus labores, pero nunca olvidemos que esas habilidades y destrezas no vinieron por revelación divina o una visita extra-terreste.

Finalmente terminaré con una frase que escuché este fin de semana y me encantó: Nadie tiene derecho a reclamar más de lo que ha trabajado. Lo mismo podría decirse de aquellos que no tienen derecho de menospreciar una labor que no han realizado, o ignoran el esfuerzo previo a esa tarea tan "sencilla".



Un saludo

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2 comentarios:

  1. Este post esta buenísimo. La verdad es que te mandaste con la anécdota de Picasso.

    Eso me recuerda cuando iba a uno de lso mejores pinchazos de Guate, lo que leí en la pared me lleno de satisfacción. Comprobé la sabiduría que se encuentra en las labores bien hechas.

    "Aquí se cobra por lo que se sabe y no por lo que se hace".

    Pero cerraste con broche de oro al decir que "un experto es aquél que sabe que no hacer.

    Entre nosotros los Guatemaltecos, es muy común que menospreciemos el verdadero valor de las labores de los demás.

    Me recuerda cuando un cliente no me quiso pagar uno de los mejores logos que he hecho, "porque lo hiciste en 5 minutos" Me dijo...

    Lo borré de mi pantalla. Le dije que le prestaba todo mi equipo, las licencias del software y hasta los libros que dicen como hacerlo. Y que el lo hiciera.

    Tremenda falta de respeto cometemos, con no darnos nuestro lugar al reconocer el valor de nuestro trabajo, y mucho más al no reconocer el de los demás.

    100 puntos Ajanel.

    Es un gusto leerte.

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  2. esta anéctoda está igual en forma de chiste de ingenieros. En una fábrica nadie sabe como solucionar el problema de una maquina que se ha estropeado y llaman a un ingeniero de gran prestigio, sabiduria y experiencia y le comentan lo que le pasa a la máquina. Él coge una herramienta se pone enfrente a la máquina, escucha el ruido y mueve un tornillo. Todo funciona, viene el jefe de la fábrica y le dice:

    -Genial muchas gracias, cuánto será?

    -Serán 10.000 euros

    -Pero si sólo a movido un tornillo

    -Sí, pero yo sabia cual tenia que mover y eso me ha costado toda la vida

    --

    Vamos lo mismo pero con ingenieros xD

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