Señor Chapuza: Mi ordenador ya no enciende

por Wiliam Ajanel

Leí una frase hace mucho tiempo que hoy voy a modificar: Nadie se atreve a debatirle a un mecánico, un jardinero, un científico o un panadero aspectos de su profesión, pero casi cualquiera que sabe encender un ordenador se atreve a debatir sobre informática y reparación. Resulta que en estos tiempos todos saben el manejo de los ordenadores y prefieren evitarse el "gasto" de contratar a un técnico para la reparación de sus equipos, que a pesar de ser tan caros o más incluso que una televisión o una refrigeradora, lo dejan todo en manos del tiempo y su aplastante sentido común.


Puede que la importancia que tenga el ordenador en el hogar esté desvalorizada, ya que en la mayoría de los casos, la gente utiliza los servicios de la persona adecuada justo cuando ya no hay más solución o chapuzas que hacerle, es como si en vez de llevar un vehículo a mantenimiento le llevemos cuando está a punto de colapsar, o como si en vez de contratar a un veterinario para nuestras mascotas, nos tomemos la libertad de hacer experimentos con el animal hasta enfermarlo más y por fin llevarlo a donde indica.

El problema se hace más vergonzoso cuando la gente acude a la persona indicada y en vez de dejarlo en manos del "profesional" y hacer a un lado sus variadas hipótesis sobre el asunto, prefieren interferir haciendo alarde de sus supuestos conocimientos sobre el tema y poniéndose más en evidencia, porque leyeron en un foro de internet algo o porque el amigo de la familia que reparó el microondas hace unos días sugirió que el problema era "otro".

La lógica más básica y sencilla nos dice que si algo anda mal con nuestro ordenador debemos buscar la ayuda de un técnico o profesional del tema, así como cuando sentimos un malestar en nuestro cuerpo buscamos un doctor. Aunque como la costumbre y el pensamiento generalizado dice que hasta no haber solución por nuestras propias manos, toda chapuza es válida.

Lo peor viene cuando muchos creen que un técnico o profesional es una especie de dios, que debe y puede arreglar todo desperfecto sin querer "abusar" demasiado de los bolsillos del consumidor y no atreverse a cobrar por esos cuantos minutos que desperdició arreglando un detalle tan sencillo: ¡Hombre! ¡Si sólo fue un cable! Claro, un cable que que usted desconocía y que no tuvo que aprender a colocar en horas de lectura y desvelos.

Ningún trabajo es menos digno y demasiado insignificante como para no ser reconocido, quienes trabajamos en la reparación no somos magos, sencillamente hemos pasado el tiempo suficiente para saber que no todo en los ordenadores se soluciona con un par de golpecitos y un "programita" mágico.

Por último, hace unas semanas tuve la oportunidad de realizar una reparación de una laptop [que por cierto me llevó unas cuantas horas de estrés conseguir los drivers] y cuando entregué el trabajo, el cliente muy satisfecho me dijo: Que bueno que lo arregló, pero veo que le llevó menos tiempo del pensado ¿Habrá un descuento? A lo que respondí: Le permito que me haga reclamos si mi trabajo no ha sido efectivo, pero no puedo permitirle que discrimine mi labor, no hay descuento.

Un saludo

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