viernes, 8 de octubre de 2010


¿Antisistema?

por Wiliam Ajanel

Me voy a permitir el uso de un ejemplo que, probablemente no es el más apropiado en lo teórico, pero si lo es en un sentido práctico; se trata de una de las normas básicas de seguridad para el manejo de armas de fuego y que reza de la siguiente forma: "Nunca apunte algo que no está dispuesto a destruir"; dicho esto me dispongo a analizar (así con tono de seudo periodista televisivo) el papel de cierto grupo de personas que cobijados bajo el concepto de "antisistemas", aprovechan las revueltas sociales de distinta índole para sembrar terror, odio y pánico entre la gente que según los intereses adquiridos, los ven como héroes o como villanos.


Sin entrar en detalle sobre las posturas ideológicas que dominan a estos determinados grupos (que pueden ir desde lo más "seudo anarquista" hasta los más fascistas posible) voy a referirme directamente a las actitudes que van en contra de toda buena práctica basada en el respeto a los derechos y libertades ajenas, pero sobre todo, al verdadero espíritu de cambio en las vías correctas.

Retomando el ejemplo de no apuntar lo que no se quiere destruir; resulta curiosa la forma en la que se pretende hacer creer por medio de consignas pegajosas y discursos populares, que lo que buscan ciertos grupos de vándalos que se hacen llamar antisistemas (en contra del sistema, en un sentido estricto del término) es realizar un cambio en el status quo o la norma imperante en la población, sea de carácter económico, político, etc. Cuando en realidad lo que buscan, es apuntar a algo que realmente no están dispuestos a "destruir".

En países donde existe un nivel más o menos aceptable de respeto a las instituciones y se goza de libertad de pensamiento y asociación, resulta cuanto menos innecesario manifestar de forma violenta (ojo, que no digo que es malo "manifestarse" dentro de un marco legal y de respeto) y destructiva la disconformidad a eso que llaman "orden establecido" (considero que no hay un orden establecido, más bien una coincidencia de voluntades, pero es tema a parte) por medio de la destrucción de lo superficial, más no de la raíz de todo, que se trata de las ideas y la práctica de ciertos principios que se manifiestan en la sociedad.

Pero nuestro querido "antisistema" violento, recurre al escudo humano, a la tribalización básica para destruir propiedad ajena, para violentar el bien público y privado, para quemar edificios, para robar tiendas, para incendiar parques públicos, para pintar paredes, para golpear desconocidos, para liberar la adrenalina, para acallar su conciencia, para tener un motivo de existencia, para sentirse revolucionario; para cualquier cosa, menos para aportar una solución verdadera a los problemas que dice estar atacando; en un sentido práctico diríamos que, es como el bebé llorón que tira la sopa al suelo que se niega a tomar, sin tener la capacidad de levantarse de su silla para prepararse la comida que realmente quiere comer.

Aunque claro, resulta más sencillo estar en contra de algo en lo cual no se ha participado en lo mínimo para construir, que tomar verdadera conciencia del trabajo realizado e intentar desde el plano de la inteligencia y el trabajo, cambiar aquellas cosas con las cuales no se está de acuerdo; para lo cual, existen instituciones, existe el libre pensamiento, existe la libre asociación y sobre todo, existe la libertad de tomar el destino de uno o varios individuos y encaminarlo hacia un mejor lugar, actividades que requieren, por supuesto, de mucho trabajo, inversión de todo tipo de bienes y mucha paciencia.

Con esto no pretendo minimizar el esfuerzo de gente que manifiesta su inconformismo al sistema; lo que si considero necesario bajo toda perspectiva, es dar el siguiente paso, no ser un antisistema de ocasión o alguien que simplemente busca una excusa para violentar lo ajeno; es dar el siguiente paso, es buscar vivir de lo que se cree y no de lo que se odia; no imagino a un "antisistema" con el rostro cubierto en protesta y prendiendo fuego a un vehículo un día y al otro día encerrado en el cubículo de la aseguradora que pagará dicho vehículo.

Podrán argumentar, en un intento de desvirtuar el tema sobre la violencia innecesaria, que a diferencia de los grandes medios, gobiernos o partidos políticos, los individuos se ven en desventaja a la hora de tratar de promover sus ideales o sus discursos particulares; pero no olvidemos que cualquier corporación, del tamaño que sea o pretenda parecer, se compone de la admisión y la voluntad de millones de individuos, la diferencia radica en que hay quienes invierten tiempo en promover sus ideas, mientras existe mucho inconforme nominal, pero que está lejos de atreverse a cambiar la realidad en la cual no desea vivir.

Para finalizar, no resta más que decir que cualquier buen empleado puede ser un buen antisistema; si algún día este decide absorber la experiencia y emplearla para hacer las cosas como lo considera correcto; un músico puede ser un buen antisistema, si utiliza su habilidad para encaminar sus esfuerzos en cambiar el mainstream que aborrece, un maestro, un abogado, un pintor, un barrendero; casi cualquier persona que es capaz de pensar y poseer una habilidad, es capaz de ser un antisistema mucho más efectivo que los que violentan, queman, destruyen, gritan, pero no hacen realmente nada sustancial para cambiar la realidad.

¿Qué clase de antisistema te gustaría ser?


Un saludo

miércoles, 2 de junio de 2010


Después de la tormenta... viene el oportunismo

por Wiliam Ajanel

Guatemala ha sufrido el paso de una tormenta desvastadora, el paso de Agatha; como corresponde a la situación de un país particularmente pobre y con muchas deficiencias en distintas áreas, pero principalmente el de la seguridad y prevención. No entraremos en detalle sobre el tema de por qué la gente decide arriesgar la integridad de los suyos a falta de mejores oportunidades; tampoco del accionar menguado de las autoridades para preveer y que como siempre "hacen lo que pueden"; no vamos a hablar tampoco de esos héroes anónimos que merecen nuestro respeto por su labor desinteresada, en ayuda al prójimo y el necesitado.

Ante la adversidad y la desgracia de miles de familias que lo perdieron todo, lo último que se podría esperar de las autoridades del gobierno de turno, es la forma en que mezquina y flagrantemente se hace uso y abuso de la desgracia de miles de personas para "mejorar" e impulsar la imagen pública y política de aquellos que pretenden algún puesto en el gobierno o darse a conocer en "su" labor pública desde las instituciones estatales. Autoridades que recorren el país entero prometiendo el cielo y la tierra, a quienes en su desgracia, todo lo ven con esperanza e ilusión.

Autoridades que ante su incompetencia para preveer que los desastres naturales acaben con vidas inocentes, no tienen más remedio que ir por todo lo largo y ancho del país visitando refugios y saludando a cuanto desafortunado ser vivo que a su paso encuentren; rodeados de cámaras y periodistas, dando palabras de "aliento" a quienes todo lo han perdido.

Pero como bien dicen muchos, siempre hay que ver el lado positivo; en esta caso en particular, para los gobernantes y sus intereses oscuros de promover candidaturas y una agenda política que busca aprovechar la oportunidad y la desgracia para impulsar sus programas seudo sociales; eso si, pagados con los impuestos de cada uno de los guatemaltecos honrados. Pero lejos de hacer su trabajo de manera humilde y desinteresada; estos políticos aprovechan el trabajo de miles de personas honradas para posicionar sus planes de marketing corporativo y pulbicidad estatal.

Que si es momento de ser solidarios; por supuesto que lo sabemos ¿qué clase de monstruos creen que somos para quedarnos parados y ver como nuestros hermanos se hunden en la desgracia? ¿cuál es la necesidad entonces de manejar esa publicidad, quasi propaganda estatal para hacernos ver el maravilloso trabajo que hace el gobierno de "solidaridad"; olvidan que fueron electos para esos fines particulares y no para que les aplaudamos cada vez que intentan parecer unos super héroes.

Desde mi ignorancia me encantaría saber, por ejemplo ¿cuánto dinero cuesta movilizar burócratas y funcionarios por todo el país? ¿sería mejor invertir esos recursos en movilizar gente que realmente puede ayudar a los daminificados?.

Pero la pedrada no va sólamente para los funcionarios y los políticos oportunistas; también me encantaría apuntar hacia los medios y su siempre insufrible sensacionalismo; lamentablemente muchas personas no distinguen esa línea delgada entre la información y el amarillismo. Mientras algunos medios se esfuerzan por llevar la información, otros sencillamente hacen lo de siempre, aprovechar el amarillismo y el morbo para generar rating y ser populares. Mi desprecio para tales prácticas también.

Por último y no menos importante; las aves carroñeras, que pasadas las desgracias buscan acuerdos y negocios de dudosa honorabilidad con el estado, contatistas que lejos de ver esto como una desgracia, ahora mismo están frotando sus manos y moviendo sus influencias para ver cómo conseguir más agua para su molino.

Siento ser muy mal pensado y paranoíco si quieren; pero lamentablemente, esta no será la primera ni la última vez en que: "después de la tormenta... viene el oportunismo"


Un saludo

miércoles, 26 de mayo de 2010


Clase media

por Wiliam Ajanel

Abrazas el progreso, tímidamente cobijado por tu modesto patrimonio; del cual aún debes la mitad al banco y la otra mitad, ya está comprometida. Pero te alegras, sabiendo que el día de mañana te subirás a tu vehículo (que también debes) rumbo a ese empleo que de momento te da esa sensación de seguridad; no tienes las cosas muy claras, pero te esfuerzas y trabajas por salir de tus compromisos.

Te permites sentir compasión de aquel vecino que a tu parecer es más desafortunado, más pobre y miserable; te lamentas de la condición de los que osas llamar "pobres" y hasta consideras tu condición ventajosa; porque tienes oportunidades, porque tu futuro parece estar próximo a recibir en sus puertas al éxito.

Pero no te alegras del todo, porque aunque no eres miserable, tampoco eres lo suficientemente acomodado como para dejar tus males necesarios y emprender un camino más soñador; anhelas conocer el mundo, comprar la casa de tus sueños, salir de tus deudas, ayudar a tu prójimo. Sueñas lo imposible de camino a casa, sonríes y sabes que a lo mejor tendrás tu oportunidad, pero aún esperas por ello.

Te preocupa la situación, lees las noticias, te lamentas del crimen y las injusticias, sales a la calle y frecuentas los mismos lugares, de alguna manera has creado una especie de ruta lógica; porque así está la cosa, porque conoces tus límites. Hablas con tus amigos y colegas sobre tu próxima adquisición; presumes las buenas notas de tus hijos, a los cuales prometiste un viaje a la playa que has tenido que ir posponiendo. Y entonces llega el fin de semana y te encuentras en tu pequeño imperio; un sofá de cuero que te regalaron el día de tu boda, el televisor gigante que compraste a plazos, un refrigerador lleno de comida y unas cuantas horas para recobrar tu ánimo mientras eres hipnotizado por el televisor.

Te molesta el calificativo de "clase trabajadora", pero sabes que no eres un señor acaudalado; en las noticias no hablan sobre ti; porque si no se trata de un miserable que murió de hambre, hablan sobre el nuevo hombre más rico del planeta; porque te ilusiona verte reflejado en las historias que cuentan las películas y las telenovelas, pero al final sabes que esos finales felices, rara vez ocurren con personas como tú; intentas ser trascendental, pero te topas con las facturas de fin de mes y la educación de tus hijos.

Sueñas grande, querido clase media; haces lo correcto y trabajas porque si no lo haces tu ¿entonces quién lo hará por ti? te encaminas hacia tus sueños juveniles y de vez en cuando te apasiona retomar tu perfil artístico; pero queda poco tiempo para esos deleites; mientras el adolescente que un día sorprendiste con cigarrillos en sus bolsillos, resulta que ahora es un todo un "señor" y que ahora sabe más que tú del mundo, pero que ignora mucho sobre la vida; anhelas con el alma que no sea otro clase media más, pero hiciste lo posible, cumpliste con tu tarea, envejeciste y diste todo por cumplir tus sueños y, de paso los de alguien más.

No lamentas lo realizado, aprendiste de lo vivido y lloraste lo perdido; sólo fuiste responsable, quizá no muy trascendental pero si apasionado, de pronto te das cuenta que en lo que se te fue la vida, te llenaste de compromisos pero también de personas que sin importar tus límites, representabas la figura de alguien con poder, con capacidad de resolver pequeños y grandes problemas. Se te fue la vida pero no fuiste mediocre, porque entendiste que tu esfuerzo no carecía de honestidad y buenas intenciones, hiciste lo correcto y lo hiciste bien, estimado clase media.


Un saludo

miércoles, 19 de mayo de 2010


Izquierda y derecha; un juego de niños

por Wiliam Ajanel

Hace poco tiempo pensaba que tales conceptos políticos vistos de manera conceptual podían ser profundos y bastante serios; como si acaso nuestra sociedad no hubiese avanzado lo suficiente como para superarse en esta rivalidad ideológica y política. Pero pasados los años y viendo el actuar de las distintas agrupaciones y manifestaciones políticas en el entorno de las naciones; especialmente las latinoamericanas, me he dado cuenta que tanto una como otra viven de la confrontación, la demagogia y el populismo característico de nuestros países tercermundistas y para no dar más explicación sobre el tema me bastó esta humilde expresión gráfica que encierra una verdad que parece un juego de niños, pero que en verdad duele.


A mi también me interesa cuándo será el turno del pobre "pueblito" de poder tomar parte del juego en un papel distinto al que le ha tocado; sabiendo que cuando me refiero a pueblo no me refiero a una parte de él, ni a un grupo en específico que se ha autonombrado "pueblo", me refiero a todos los individuos que conforman la sociedad y que merecen ser respetados como personas pensantes y con voluntad, que también pueden tomar parte del "juego" y apoyarse en las expresiones democráticas que se supone, lo deberían soportar y apoyar.

Un saludo

lunes, 17 de mayo de 2010


Le point d'ironie; la forma gráfica de la ironía

por Wiliam Ajanel

Su uso puede ser justificado aún más cuando el colectivo por medio del cual nos expresamos puede no entender las intenciones de nuestras palabras; acuñado en el siglo XIX por el poeta francés Alcanter de Brahms; éste signo resulta la representación gráfica de la ironía.


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Fuente de referencia

jueves, 13 de mayo de 2010


Diagrama del "éxito" periodístico

por Wiliam Ajanel

No es noticia que un gran porcentaje de los medios "informativos" están plagados de trabajo seudo periodístico para cumplir con sus cuotas diarias de violencia, morbo y tragedia. Intentar entender como resulta de exitosa esa mezcla descarada de amarillismo e información puede no resultar muy sencillo; después de todo estamos hablando de gente que aunque carezca de un sentido particular de ética, es muy profesional y conocedora de las debilidades sociales en cuanto a material mediático se refiere.

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El diagrama pretende en cierto modo entender cómo se logra una mezcla adecuada para tener a miles de individuos pendientes de la dosis diaria de tragedia y morbo que nos venden los medios, especialmente los seudo noticiarios informativos. Obviamente al ser una visión particular existen elementos que pueden no coincidir en situaciones particulares, pero lamentablemente, esta es una realidad a la cual muchos sencillamente son indiferentes, mientras que otros le sacan el mejor provecho.


Un saludo

martes, 11 de mayo de 2010


El evangelio según San Dawkins

por Wiliam Ajanel



Una pequeña parodia para los amigos "ateos".



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