Tienes derecho a NO guardar silencio

por Wiliam Ajanel

La Declaración Universal de Derechos Humanos, esa gran fábula... Leía esa frase hace un par de días en un comentario. Y es que asusta en ocasiones el uso del poder, las influencias y la coerción que algunos gobiernos, políticos e instituciones utilizan en nombre de esas viejas y patéticas costumbres de apagar aquello que pudiera ponerlos en evidencia, haciendo uso de ese poder que los ciudadanos les hemos confiado para protegernos, en vez de utilizarlo para sus fines y objetivos de dudosa honestidad.


Refrescándonos un poco la memoria, según el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice:

"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."

En pleno año 2009 esto sigue siendo una simple y hermosa fantasía en muchos países autoproclamados democráticos, engañados a plena luz por seres arrogantes que creen tener mayor conciencia moral y autoridad para definir que opiniones deben o no ser escuchadas. Si bien es cierto, esta medida da lugar que cientos de charlatanes cometan las más desafortunadas declaraciones, sigue siendo sobre todo un derecho humano, que no debe ser apartado de cada individuo y persona, ni debería estar moderado por el uso del poder de cualquiera que pudiera ver dañana su "reputación".

Al lado de que ningún político o ser "superior" pueda contar con la posibilidad de callar las opiniones que pudieran comprometerles están también los grupos de presión, tanto religiosos como no religiosos y de distinta índole o ideología, ya que tristemente se observa como por medio del correctismo político se limitan y censuran ciertas críticas elevando dichas instituciones a niveles divinos y que nadie puede poner en tela de duda.

Ayer precisamente leía un artículo de The Economist, donde mencionaban precisamente que la libertad de expresión debía implícitamente permitir el derecho a "difamar" a las religiones, ya que en un juego de palabras y términos políticamente correctos se daba la facultad a las mismas religiones de ser exaltadas a niveles de "entes" o "personas" que no podían ser dañados o perjudicados por medio de las opiniones. Sin duda alguna ninguna creencia o religión debería tener tal poder o superioridad a los mismos derechos de cada ciudadano común.

Por último me sorprendió enormemente hace un par de días un artículo que leí sobre un caso de acoso policial hacia un ciudadano en Estados Unidos, el cual tiene un proceso en contra de la policía del estado de Phoenix por acoso y en esta ocasión realizaron una redada en su casa, privándole de todo su equipo, que le permitiría continuar con su labor de denuncia por medio de un blog. Me sorprendió primeramente por que Estados Unidos esté permitiendo que sucedan este tipo de cosas, y por otro lado dando un discurso muy distinto sobre democracia a nivel internacional. Hay que predicar con el ejemplo.

No es posible que este tipo de cosas sigan sucediendo, es necesario retomar el camino de la civilización y trasladar a las próximas generaciones los ideales correctos y que estas cosas no vuelvan de ningún modo a ser "normales".

Recordemos, artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Tienes derecho a NO guardar silencio...


Un saludo

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