jueves, 4 de marzo de 2010


Abstencionismo político; ¿Virtud o desidia?

por Wiliam Ajanel

No querer mancharse con la política; evitar ser perseguido o molestado; dejar en manos ajenas las riendas del país; no ser parte de la masa inerte e irracional; ser "antisistema"; Cualquier razón nos vale para evitar formar parte de la vida política de nuestro país; el activismo político pasó a ser una especie de deporte donde la demagogia y la descalificación son las disciplinas más preciadas; obtener votos y ocupar un puesto, la máxima condecoración.


[Abstencionismo por Wikipedia]

Más de una vez hemos escuchado aquella frase que dice: Si no eres parte de la solución, eres parte del problema; lo curioso es, que aunque en muchas ocasiones no seamos parte de un sistema democrático, sea desde el punto de vista activista o electoral, nos convertimos implícitamente en cómplices de la ineptitud con la que se dirigen nuestros países.

Afortunadamente, el sentir que existe [especialmente entre las generaciones más jovenes] es un malestar e inconformismo hacia las autoridades que una y otra vez demuestran seguir haciendo las mismas cosas esperando resultados distintos. Clases políticas desgastadas y corruptas, que han hecho de la política y sus respectivos partidos, una cueva de lobos en donde se cae como presa o terminas convirtiéndote en uno de ellos; es comprensible y ciertamente razonable que en la mayoría de los casos prefiramos permanecer al márgen de tales prácticas y no convertirnos en "uno más".

El problema surge cuando, conscientes de la situación inoperante de las instituciones de gobierno, permanecemos indiferentes y pasivos frente a los abusos de autoridad y la incompetencia a la hora de tomar decisiones; ¿Cuántas veces no hemos afirmado "hasta yo lo pude haber hecho mejor"? Pero curiosamente ése par de pasos que hay de la opinión hacia el ejercicio del poder permanece habitado por la misma clase política que tan sólo ha aprendido escuela de sus antepasados; normalmente fuera de la visión de una sociedad moderna y visionaria.

Es posible que nuestros parámetros de afinidad ideológica en ocasiones sean un tropiezo para dar ese paso hacia el activismo político en vez de una ayuda; y es que afortunadamente hoy en día, muchos de los jovenes somos más abiertos, más dinámicos, más creativos y en ocasiones más informados y seguros de nuestras convicciones e ideologías; pero puede que ese celo idealista no nos permita abordar plataformas políticas de acceso al poder; un poder entendido como capacidad de desarrollo y cambio, y no como capacidad de coerción.

Quiza nuestros padres lo tenían más claro en algún momento, a pesar de la polarización evidente y los conflictos ideológicos; como bien mencionaba un amigo hace pocos días; en sociedades más o menos civilizadas, es más fácil que te maten por robarte un iPhone y no por tu manera de pensar. Es aquí donde encontramos esa oportunidad tan grande de hacer de la diversidad, un eje que nos permita concentrar las habilidades más pronunciadas de nuestra generación y atrevernos a dominar la política en vez de dejarnos dominar por ella. Tal y como lo decía un comentario respecto aun artículo que escribí hace unos días: Es la política la que se debe ver influenciada por la ciudadanía y no al contrario.

Es de meditar pues, el papel importante que estamos dejando ir en manos equivocadas, por ese abstencionismo que pronto debería dejar de ser una virtud, y ser visto básicamente como un desafío hacia las nuevas generaciones; ideas frescas y capacidad de decisión; los jovenes no podemos limitarnos a ser la fuerza de trabajo sólamente, es necesario visualizar una sociedad más diversa y participativa, pero no sólamente desde el campo individual y personal; la influencia que podamos ejercer en la vida democrática de nuestros países será determinante para un cambio a largo plazo.


Está claro que nunca vamos a estar dispuestos a participar o votar por alguien con quien no nos sentimos identificados; no es posible que una parte importante de la sociedad no se vea reflejada en el ejercicio del poder y el que hacer político; pero si no intentamos siquiera proyectarnos en ese tipo de participación ¿Cómo pretendemos vernos reflejados algún día en la y los políticos?



Un saludo


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Yo paso de la política; la generación bla bla bla

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. @Anónimo: Gracias por recordarme activar de nuevo la moderación de comentarios.

    No quitaré los anónimos para no perjudicar a las personas que si pueden aportar algo valioso.

    Gracias de nuevo :-P

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