por Wiliam Ajanel
La participación política es un compromiso que va más allá de formar simples plataformas sociales de gente con intereses variados. Si la entendemos como un proceso de aporte intelectual y un deseo de mejorar las condiciones de nuestra sociedad desde el ejercicio de gobernar estaríamos a una idea más aproximada de lo que es la política como herramienta de desarrollo.
Hay suficiente material y situaciones para poner en evidencia la incapacidad de la mayoría de nuestros políticos en la actualidad, pero hoy no me tomaré la molestia de mencionar a este grupo en particular, más bien llama poderosamente mi atención el otro grupo de personas que ajenas a cualquier proceso político y bajo el precepto de una supuesta "neutralidad" permanecen al margen de toda participación directa o indirecta con el desarrollo y mejoramiento de las condiciones actuales de su entorno, ya ser por medio de la política o cualquier activismo social alternativo.
Está claro que no todos tienen el mismo interés de participación en estos asuntos, pero muchas personas [me atrevería a decir que la mayoría] siempre tienen una opinión de lo que debe o no hacerse, críticas de lo que puede o no funcionar, incluso llegan a crear estructuras y aportes teóricos para un mejor funcionamiento de los aspectos sociales y políticos de sus comunidades, pero a la hora de pedir su participación sencillamente exclaman: ¡Yo paso de la política! Como si se tratase de alguna secta malévola [indiferentemente de la ideología] que de pronto nos convierte en una especie de monstruos.
Cuando estamos listos para demandar y señalar aspectos del funcionamiento del sistema político de nuestro país, bajo mi percepción deberíamos tener algo más que un simple voto para reclamar el por qué las cosas no van como deberían ir. La responsabilidad que adquiere un político tendrá una mínima seriedad si no está apoyada en una base política de gente que esté dispuesta a asumir compromisos que vayan más allá de las palabras y las opiniones.
Particularmente he notado como la mayoría de los jóvenes tenemos alguna tendencia hacia la crítica y el sano ejercicio de cuestionar cada decisión y medida que se toma en el gobierno, pero muy pocos [de los que critican, ya que hay quienes sencillamente no les interesa y no tiene por qué interesarles la cuestión de la política] están dispuestos a asumir posturas de compromiso, roles que les permitan desarrollar sus amplios conocimientos y destrezas.
Es un asunto para reflexionar, ya que de pronto resulta cansado tener que escuchar los mismos rezos de toda la vida: Que si el gobierno es ineficiente... Que si los políticos son mentirosos y unos incompetentes... Que si yo conozco mejores maneras de hacer las cosas. Evitemos convertirnos en la generación bla bla bla y asumamos papeles que vayan más allá de una simple queja o lloriqueo, la falta de espacios de participación no debería ser una excusa, ya que cuando existe un ambiente de mínima democracia y libertades individuales, lo demás pasa a ser un simple discurso inconformista.
Como anécdota: Hace unos meses me encontré con la situación de tener que platicar con unas cuantas personas sobre un proyecto político en el cual me encuentro, necesitaba un poco de participación en algunos aspectos de organización y me dirigé concretamente a un amigo que tenía la particularidad de opinar y hacer buenas críticas en la universidad sobre el sistema político del país, sin embargo a la hora de lanzarle la invitación me encontré con una respuesta inesperada, ya que me dijo: Lo siento, pero sencillamente no me veo en un partido político y como persona, restaría mucho a mi imagen.
No se que me entristeció más, si haber creído en las palabras de esa persona como intelectual en el pasado, o de ver el desperdicio de ideas y talento que encontraba en este amigo, sencillamente por que no quería arruinar su imagen.
Por el momento sólo tengo una oportunidad de esperar que las cosas sean diferentes, pero eso requiere de ciertos sacrificios [económicos, materiales, intelectuales, de tiempo, etc] digamos que llega un punto en el que criticar ya no es suficiente.
Saludos
Manteniendo en el anonimato a ese amigo que te decepcionó a pesar de ser para ti un referente intelectual, estás haciendo lo mismo que él al declinar su participación en politica. Mójate y dinos quien es aunque solo sea para que no sigamos confundidos en caso de ser para nosotros un referente intelectual.
ResponderEliminar