por Wiliam Ajanel
Más allá de una palabra extraña, el ejercicio de la argumentación Tu qouque, es una práctica tan común en cualquier parte de nuestra sociedad. La wikipedia nos ilustra el respecto mencionando que:
Se denomina tu quoque (locución latina que significa «tú también») al argumento que consiste en rechazar un razonamiento, o considerarlo falso, alegando la inconsistencia de quien lo propone. Es, por tanto, una variante de la falacia ad hominem, o ataque personal, mediante la cual se procura demostrar que una crítica o una objeción se aplica igualmente a la persona que la realiza, rechazándola sin entrar a analizarla.
Sin duda este elemento se hace presente en nuestras vidas desde muy pequeños, apoyados en una falsa justicia moral, en ocasiones hacíamos declaraciones como:
"Pero si mi hermanito no hace su tarea..."
"Pero si mi hermana no se tomó la leche..."
"Pero si mi hermana no se tomó la leche..."
Y las evolucionamos en la escuela, el colegio y la universidad, convirtiéndonos en expertos en la formulación de justificaciones al margen de la lógica más elemental. Desde políticos hasta personalidades y profesionales de alto rango, hasta la persona con el cargo más "sencillo" todos tenemos una tendencia hacia este tipo de argumentación.
Me nació la inquietud hace varios meses ya, de averiguar el por qué de estas acciones, ya que en muchas ocasiones he leído y escuchado diversas afirmaciones de este tipo, que en su momento como menciona el artículo de la wikipedia lo que buscan es rechazar, invalidar y culpabilizar a los individuos, con el fin de no acatar algún razonamiento que se propone al diálogo y a la discusión.
Tal práctica desde mi punto de vista también proviene de una poca capacidad de discusión y debate, ya que nuestra tendencia a la desaprobación en base a hechos que comprometen la autoridad moral de la otra persona, es muy fácil de utilizar y más cuando contamos con evidencia suficiente para desaprobar a la otra persona.
Considero que mientras más evitemos este tipo de acciones, ejercitaremos más nuestras capacidades intelectuales; claro que esto requiere un mínimo de humildad e interés en aprender de los demás, cosa que resulta muy difícil y comprometedor para aquellos que sufren de una arrogancia incontrolable.
Por último, esto también responde a una necesidad de autorealización del individuo que busca su superioridad frente a sus semejantes; se ve claramente en frases como: "¡Pero tu lo eres más!"
Ejercitemos entonces el libre diálogo y la capacidad de interacción sin recurrir a tales argumentaciones, estoy seguro que en todo sentido esto contribuirá a mejorar nuestras relaciones interpersonales en cualquier lugar donde nos encontremos.
Saludos.
Lo siento, no puedo tomar en consideración esta reflexión, escrito por alquien que no se ha tomado la molestia de vestirse de etiqueta rigurosa para hacerse la fotografía del perfil...
ResponderEliminar¿Cómo? ¡¿Arrogante yo...?! ¡¡Y tú más!! ;)
@kekobola: Tu mismo xD Un gustazo tenerte por acá colega.
ResponderEliminarYa iré ahorrando para comprarme prendas más descentes :-P Estamos para servir...
Un abrazo
Desaprobar una idea y nunca a la persona que la formula.
ResponderEliminarSer como tú, un ser abierto, dialogante y generoso.
¡qué pena que estes tan lejos cuando te sentimos tan cerca! Un abrazo.
@Mª Isabel: Bienvenida, y gracias por el buen rollo, me da mucha pena no recordar tu nombre, supongo que nos conocemos de nick y eso, pero te agradezco sinceramente tu participación.
ResponderEliminarUn abrazo desde Guatemala C.A.
http://www.noeresmas.com/articulos/y-tu-que
ResponderEliminar