jueves, 11 de junio de 2009


La ignorancia nos gobernará, hasta que no aprendamos a dar el justo valor a las ideas

por Wiliam Ajanel

"Barbaros, las ideas no se matan" solía decir un político y escritor argentino, don Faustino Sarmiento. La frase encierra un principio básico para el funcionamiento de una sociedad inteligente que dista mucho de la actual, que a menudo suele dar más valor a las trivialidades y apariencias ruidosas como la fama, el éxito económico, el protagonismo, etc. En definitiva el valor de las ideas debe ir más allá de una apreciación de las intenciones de los individuos, las ideas son el motor que hará caminar a nuestra sociedad ya sea a un camino de progreso intelectual, o a una ruina mental ostentosa de baratijas materiales y controlada por la ignorancia, una dura condena para el futuro.

Con
ceptualizando un poco el significado de las ideas encontramos varios componentes que nos ayudarán a comprender por qué son tan importantes, primero encontramos esta definición de la Wikipedia:

Idea es la Inteligencia Diferencial Entrenada y Adquirida

También tenemos esta definición de la RAE:

Primero y más obvio de los actos del entendimiento, que se limita al simple conocimiento de algo

Notamos ciertas diferencias entre ambos aspectos que podríamos unir en una sola palabra: La inteligencia. Es obvio que cuando las ideas se menosprecian dentro de una sociedad, pronto acabarán siendo sustituídas por objetos de menor relevancia, tanto en el ámbito popular como en la misma individualidad. Es por eso que hoy en día nos topamos con gente que podría dar la vida por un iPod y no tanto por un libro o un cuaderno, sencillamente porque se ha dejado a un lado la importancia de las ideas, es decir de la práctica de la inteligencia a un lado, como algo de suma complejidad.

Cuando una persona no fabrica ideas, pronto dejará de tener voluntad sobre la vida propia, y pasará a ser parte de una especie de masa inerte, que tan solo se moverá cuando los estímulos de alguien que pueda manipular el espíritu humano le ordene que lo haga, motivado por la publicidad, el mercadeo, el miedo, la desinformación, etc.

La falta de ideas o más bien, el desinterés en la creación de ideas también provoca una plataforma favorable, para aquellos que encuentran en la ignorancia una oportunidad de acceder al poder, la fama y el dinero. Un individuo desprovisto de capacidad de idear necesita por fuerza, dejar en manos de alguien más sus más básicas responsabilidades, elevando a un nivel más alto a funcionarios que tan sólo hacen lo que la otra persona por desidia deja en sus manos.

Las ideas como base de una sociedad inteligente complican la inestabilidad emocional, es decir, hace que los individuos lejos de caer en dogmas y estar convencidos de todo, busquen respuestas, contribuyan a la diversidad y construyan estructuras sólidas y sostenibles para el futuro, tal y como lo decía un amigo en una ocasión: No soy partidario de encasillarme en la ideología de otro ser humano, prefiero hacer lo mío.

Sin duda las ideas van muy de la mano con la creatividad, pero esta última resulta producto de un proceso largo de aprendizaje, experiencia e interés por mejorar las habilidades, que aunque no sean reconocidas de inmediato, en el largo plazo traen buenos resultados.

Enseñar a valorar las ideas es una tarea indispensable si se quiere lograr una sociedad digna, una sociedad que enfrente de cara el oportunismo y la ignorancia, una sociedad donde se aprecie el justo valor de las cosas, donde el conocimiento sea más importante que los distractivos, que no tienen absolutamente nada de malo, pero que están por debajo del valor del capital intelectual humano.

Cuando el humano aprenda a dar un valor justo a las ideas comenzaremos a vivir en una verdadera democracia, comenzaremos a apreciar el verdadero arte, disfrutaremos de hacer política sana, aprenderemos a dar valores reales a la sociedad. Esto puede sonar como una ilusión, una fantasía, sin embargo no estamos tan lejos de lograrlo, una generación bastaría para sentar cabeza y definir el rumbo de nuestras futuras generaciones, pero sin duda cuesta.

Por último, cuando estaba en el bachillerato recuerdo que tenía un profesor que nos animaba a pensar, a crear ideas, ya que cuando saliéramos de esas aulas, sin duda allá afuera habrían cientos de personas mejor capacitadas que nosotros, personas que habían aprendido a seguir instrucciones y se habían super especializado, pero son muy pocos los que proponen, los que crean, los que modifican y mejoran las profesiones. Ahora lo comprendo y como muchos, lamento el tiempo perdido, pero nada está dicho, es posible atreverse a pensar... vamos ¡que las ideas no muerden!


Un saludo


Imagen vía

4 comentarios:

  1. Yo le doy valor a mis ideas. Pero ¿que ocurre, cuándo te las aplastan continuamente? Y no hablo de la masa, me refiero individualmente. Intentas pensar por ti misma, pero hay alguien que te machaca por norma y sin piedad. ¿Falta de autoestima? ¿Personalidad insuficiente?

    ResponderEliminar
  2. También convendría discriminar acerca de los tipos de ideas, ya que no todas entran en la misma categoría. Me refiero con esto a que muchas veces los chicos dicen "Tengo una idea, vayamos al Burger" (En este caso la idea entraría dentro de las que sirven para acciones relacionadas con la subsistencia: ir al Burger = alimentarse).

    Si vemos en la idea una unidad de inteligencia, es decir, un producto indivisible de nuestra inteligencia, podemos asociar rápidamente a la producción de ideas que tiene un individuo con la parte de la inteligencia que más utiliza. Esto implicaría que una persona cuya máxima preocuación es dvertirse tendría ideas asociadas al placer y al instinto, una persona cuya máxima aspiración es el arte tendrá ideas artísticas...

    Esto nos llevaría a la posibilidad de catalogar a las personas por la clase de ideas que posee.

    Estoy desvariando, lo sé, pero normalmente es lo que se hace en las tormentas de ideas.

    ¿Por qué? Porque esto es lo que NO se hace en nuestra actual sociedad. Cada vez que entramos una crisis se recurre a las viejas recetas económicas, si sucede esto, hago eso, si sucede esto otro, hago eso otro; se procede así por comodidad o por desconocimiento, buscando el resultado más inmediato y no el más eficaz, olvidándose que las verdades no son absolutas, sino relativas, y que toda verdad nace para ser cuestionada y que su capacidad de sobrevivir a los cuestionamientos es la que demuestra su validez temporal.

    El tipo de ideas a las que apuntas en tu post, las ideas creativas, producidas por la búsqueda de autosuperación de una o más personas, necesitan que la persona tenga criterio para poder tenerlas ¿Y qué es el criterio? Es la capacidad de discernir la verdad (o lo que creemos es la verdad) al analizar la información de la que disponemos.

    Y esto da para otro post ¿Se puede manejar la verdad manejando la información? Mi conclusión es que sí y de hecho esto se ha hecho. Aún una persona criteriosa puede ser confundida con un alud de información falsa, información desprovista tanto de falacias lógicas como de coherencia con la realidad.

    Y llego al final ya que me he extendido por demás diciéndote la razón de que me haya gustado este post. Este tipo de post me gustan porque disparan las ideas, disparan el pensamiento, y uno no puede dejar de elucubrar nuevas cosas mientras lo lee.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Bestias sin ideas nos enviaron un correo electrónico amenazándonos para que cerremos nuestro blog.

    Nosotros valoramos nuestras ideas y seguiremos adelante.

    Los chapintocables no tenemos miedo y creemos que los bloggers chapines debemos unirnos.

    ResponderEliminar
  4. @maria jose: Touché. Precisamente por esas razones, es que explico que las ideas tienen un valor muy inferior al poder concedido por meras cuestiones económicas y materiales.

    Lo del dilema ideas vs capital, dinero o poder, es lo que debería movernos hacia otra dirección, apreciar las cosas por la utilidad real que por un mero oficio. Yo lamento mucho que una persona que tenga el suficiente arte de crear una hermosa mansión no lo pueda utilizar para su propio bien sino más bien para el beneficio de alguien más "poderoso". Con ese mismo ejemplo podríamos hacer una enorme lista, y seguirá siendo así hasta que nosotros, los individuos no cultivemos dichos valores en nuestros hijos, en el futuro si se quiere [aunque como dice un amigo, el futuro ya está aquí]

    Un saludo amiga y un abrazo, graciar por tu comentario.

    @Sergio: Tu comentario es un perfecto complemento para el post, me alegra saber que también tiene un blog donde plasmar esas ideas.

    Por supuesto que aquí no toco el tema de la "segmentación" o valoración cualitativa de las ideas, creo que el primer paso para desarrollarlas es sencillamente pensar, atreverse a ver el mundo bajo otras perspectivas, luego viene el debate, la discusión, todas esas herramientas que funcionan como un colador, que hará sacar lo mejor de nosotros en cuanto a lo intelectual.

    No estoy muy de acuerdo en catalogar personas respecto a sus ideales, por ejemplo, en muchas ocasiones he tenido que autoproclamarme "libertario" pero no hay duda que dentro de mi universo intelectual hay cabida a ideas que contrastan con tal ideología, pero para el entendimiento popular he tenido que hacerlo de ese modo ¿Por qué? Porque la sociedad está tan polarizada y tan cómoda en sus parámetros que no concibe la idea de una ideología mixta.

    En fin, este tipo de charlas iría mejor con un latté o un capuccino, espero poder hacerlo algún día, mientras te agradezco infinitamente tu aporte.

    Un abrazo.

    @chapintocables: Puede que no sean del todo bestias, porque se sienten amenazados, yo digo algo: Cuando comenzás a incomodar a la gente [de manera positiva, claro está]con lo que decís, hacés o promovés, es momento de levantar más el ánimo.

    Que no te asusten mano, sabés que al final la verdad siempre sale a luz. Seguí adelante y te animo.

    Estamos pa' lo que sea.

    Un saludo mano, y adelante.

    ResponderEliminar

Dividiendo entre cero es, entre otras cosas, un espacio para la opinión y debate sano. Los comentarios anónimos son permitidos siempre y cuando sirvan para aportar algo a la lectura (independientemente si estoy o no de acuerdo con las opiniones aquí expresadas). Comentarios racistas, difamatorios o que busquen simple conflicto y provocación serán eliminados.