lunes, 22 de junio de 2009


El ateo que hacía ver a Dios

por Wiliam Ajanel

"Tener conciencia por los demás es la cualidad más alta de los seres humanos..." Es una de las frases más conocidas de este oftalmólogo neozelandés, que materializó sus ideas, devolviéndole la vista a más de un millón de personas alrededor del mundo. Fred Hollows, es un nombre que despierta admiración y agradecimiento en Australia, país donde hiciera su más grande labor, y donde a pesar de haber muerto como un ateo, devolvió la vista a miles de personas que dedicaron su vida a Dios.


Frederick Cossom Hollows nació en Duenedin, Nueva Zelanda, el año de 1929, en el seno de una familia de clase obrera, siendo desde niño, una persona bastante participativa y activa. A la edad de veinte años obtuvo el bachillerato en la Universidad Victoria de Wellington, y poco tiempo después decidió estudiar en un seminario bíblico, donde se proponía dedicarse al sacerdocio y la vida religiosa, sin embargo dos años más tarde decide ingresar al Colegio Médico de la Universidad de Otago y comenzar su carrera. Después de trabajar como cirujano en el Hospital de Auckland, Fred decide especializarse en oftalmología, carrera que el consideraba como "trabajo del bien".

Su carrera profesional se hizo latente en el año de 1965, donde al mudarse a Australia se hizo profesor asociado de la Universidad del Nuevo Gales del Sur, donde desarrolló técnicas y tratamientos para la vista. A inicios de los años setenta, Hollows comienza su labor altruista, recorriendo zonas aisladas de Australia, visitando varios pueblos y tribus de aborígenes consciente de la enorme cantidad de gente con problemas de la vista, principalmente de tracoma, una enfermedad que causa ceguera si no se trata de inmediato.

En 1971 se sitúa en Redfern, una población en los suburbios de Nueva Gales del Sur, para dar atención a los aborígenes del lugar, así mismo establece la unidad de servicios médicos para todos los aborígenes.

Durante tres años, el doctor Fred visitó más de 460 comunidades aborígenes y brindó atención a más de 62000 personas, 27000 de ellas con tracoma y más de 1000 operaciones realizadas. También visitó algunas comunidades africanas y de Viet Nam, en donde también realizó programas de entrenamiento técnico a personas que se dedicaban a ayudar a gente con problemas de la vista.


"Cada año, más de dos millones y medio de personas en África se quedan ciegos... y sencillamente se quedan ciegos, sentados en sus chozas..."

Fred Hollows se hizo acreedor de varios reconocimientos a nivel mundial, en 1981 recibío un Premio al Progreso de Australia, sin embargo, Hollows consideraba eso como el flagrante desinterés del gobierno por las personas con problemas de la vista, tanto así que en 1985 se negó a recibir la Orden Australiana, sin embargo decidió volverse ciudadano australiano, y cuatro años más tarde se convirtió en consultor de la Organización Mundial de la Salud. En 1990 recibió una medalla de los Derechos Humanos y fue declarado como Australiano del Año, un año más tarde fue reconocido como Humanista del Año.

En 1992, Fred Hollows vio con gran alegría nacer su fundación, que lleva su mismo nombre y que se ha extendido a muchos países con el objetivo de dar ayuda y atención de la vista a personas de bajos recursos y de países pobres. El lema de su fundación, es una frase que en vida hubiera tomado como broma, ya que al ser ateo, se sustituyó el nombre de Dios por el suyo en la famosa frase conocida como: For God's sake [Por el bien de Dios] por la de: For Fred's sake [Por el bien de Fred] Sin duda el mayor reconocimiento que pudo haber obtenido no fueron las medallas o reconocimientos internacionales, sino el amor y la gratitud de las miles de personas que ayudó y a las que en un acto "milagroso" como solían decir muchos, les devolvió la vista, devolviéndoles la vida y la oportunidad de un mejor futuro.

Desafortunadamente el año de 1993, a la edad de sesenta y cuatro años, Fred Hollows murió producto de un cáncer diagnosticado, y su cuerpo fue trasladado a Bourke, lugar donde inició su labor humanitaria en 1970 y donde su cuerpo fue enterrado. Al final, Hollows quien murió siendo ateo, devolvió la vista a aquellos que dedicaban su vida al nombre de Dios, y sin esperar nada a cambio buscó ayudar a aquellos que más lo necesitaban y a los que sencillamente eran olvidados.



Un saludo.

Fuentes: La historia surgió de una lectura en Reddit, donde se daba la noticia de la conmemoración de la muerte de este gran hombre.
Artículo de la Wikipedia
Biografía de Fred Hollows
Imagenes directamente enlazadas
Título de la historia por
Kurioso

2 comentarios:

  1. Excelente artículo.

    y es que para hacer el bien sólo se necesita un corazon sensible y no cruces ni lamentos.

    Saludos.

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  2. ESO ES CIERTO QUE PARA HACER EL BIEN SE NECESITA DE UN BUEN CORAZON Y ADEMAS TAMBIEN SE NECESITA QUERER A NUESTRO PAIS PARA QUE TODO LO DEMAS SE NOS SEA MAS FACIL.

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