jueves, 7 de mayo de 2009


Probar la fe resulta ridiculamente contradictorio

por Wiliam Ajanel

Existe una práctica bastante común en la sociedad, y es el hecho de generar confrontación innecesaria y absurda en temas de fácil solución. Muchos creyentes [de distintas religiones] cometen el grave error de querer aportar pruebas científicas para respaldar su fe, pero ¿No resulta esta cuestión bastante contradictoria? Al lado de aquellos que gozan de ridiculizar la fe de los individuos, están aquellos que conservan un ardiente deseo de contradecir aspectos científicos con enredijos y pruebas de dudosa objetividad.


Ignoro el día en el que el tema de la fe y la ciencia se intentaron mezclar, pero es obvio que tal situación no llevó hacia nada bueno. Por parte de quienes refutan toda creencia basada en una fe, no tienen ningún sentido intentar dar explicaciones respecto a la veracidad, existencia y consistencia de los argumentos religiosos que predican las distintas creencias. De igual modo por el lado de los creyentes, resulta una contradicción absurda querer aportar pruebas científicas a cerca de sus creencias, sus líderes y sus profetas.

Es obvio que no hay que dejar pasar aspectos históricos que podrían ser significativos a nivel cultural, pero en ningún momento se espera que tales acontecimientos respalden alguna creencia o fe. Sabiendo que el asunto de la fe es totalmente ajeno a la ciencia como la ciencia de la fe, en principio son dos cosas totalmente opuestas. Por un lado, la ciencia da respuestas, soluciones, pruebas y conocimiento, al contrario de la fe que supone una creencia ciega y absoluta a los acontecimientos relatados por algo o alguien, es decir de modo teológico y sin apelar a la razón como tal.

En el discurso de las "pruebas de la fe", son muy pocos los interesados en llevar adelante dichas posturas, ya que por definición un líder religioso está más preocupado por el alma de los individuos que por su situación intelectual o materia, representaría de entrada una pérdida de tiempo intentar convencer a una persona de algo que sencillamente no le es posible creer. Por otro lado, resulta una gran necedad, intentar hacer que alguien que confía profundamente en su fe, de vuelta hacia los hechos de la ciencia para tratar de entender su condición equivocada, es mucho esperar y una lucha particularmente absurda.

¿Qué es lo que debe sobresalir entonces? Definitivamente debe sobresalir la coherencia, en ambos lados de la moneda. Aceptar que la fe no puede ser comprobada con hechos científicos [que la convertirían entonces en otra cosa, menos fe] y que la ciencia no necesita preocuparse de aspectos de la fe que vendrían a ser totalmente irrelevantes. Poner en disputa Ciencia vs Fe resulta una necedad, como intentar aportar pruebas científicas sobre la fe.

Por último, en una ocasión me encontré en medio de una charla sobre acontecimientos históricos de la religión cristiana, con alguien que negaba la existencia de algunos hechos bíblicos. Nos envolvimos en una discusión absurda de más de una hora, y al final de una serie de "argumentos" saltó la única frase inteligente que debió evitar la discusión: Mira, yo no te voy a convencer de que tengas una fe razonable, como tu tampoco me puedes convencer de entender tu fe con la ciencia. Ambas cosas resultaban tan ilusas como tratar de entender repostería con un manual de mecánica. Coherencia amigos

Un saludo
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El artículo nace a raíz de un comentario leído en Reddit

1 comentario:

  1. Disculpa amigo, pero antes de publicar algo asi, debes tener conocimiento. Al parecer ignoras lo que es la fe.

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