jueves, 28 de enero de 2010


La paradoja más grande de la televisión; Los reality shows

por Wiliam Ajanel

A diferencia de lo que se cree, la cultura de la telerealidad (reality television) tiene poco más de seis décadas en el aire, por lo que no se puede considerar estrictamente un fenómeno de actualidad en la televisión, uno de los medios de comunicación que continúa siendo de los más grandes y con mayor difusión a nivel mundial.


No me toca hablar mucho sobre aspectos históricos, que fácilmente pueden ser investigados con mayor precisión en alguna enciclopedia en línea o una revista; sólo cabe mencionar, que a nivel global, probablemente los finales de los años noventa y casi toda la década de los dos mil (es decir, del año 2000 al 2010) haya sido particularmente importante para el "boom" de la programación de telerealidad en masa y un éxito comercial y a nivel del mainstream (a nivel popular diríamos).

Lo que también es un hecho irrefutable, es que conceptualmente, la mayoría de estos programas de telerealidad o reality shows, han perdido casi en lo absoluto el sentido por el cual fueron creados; y esto no era más que transmitir por medio de las cámaras, el actuar de personas comunes, en situaciones comunes y "reales". Si nos planteamos la situación actual de muchos de estos programas puede que nuestro rostro esboce una sonrisa sarcástica e incrédula al mismo tiempo.

Como todo aspecto que contenga estrecha relación con lo comercial y lo negociable, la telerealidad no escapó de ser víctima de las ideas mercadológicas de un grupo de "creativos" que sencillamente iban a atender al gusto y las necesidades de las masas, llámese seudo cantantes, personas con problemas de personalidad, miseria humana, discapacidades, y todo tipo de atractivo sociológico que despierte interés, o en el peor de los casos, morbo entre la sociedad.

Así pues, fuimos testigos (desafortunadamente para muchos) de la cúspide y (esperaría yo, o al menos eso deseo) la caída de estos programas, que como mencionaba anteriormente, en un sentido práctico y conceptual, han perdido credibilidad, y no se pueden separar de manera categórica de la siempre auténtica y honesta ficción o fantasía televisiva; ya lo decía alguien por ahí en una frase muy graciosa: "20 reality shows de plástico no me valen un sólo capítulo de mi serie de caricaturas "fantasiosas" favoritas".

La televisión, sin duda ha caído en muchos errores e incoherencias debido a la cantidad enorme de intereses que se mueven en torno a ella, pero una de las más notables a nivel popular (especialmente entre la juventud y la adolescencia) es precisamente la de los programas de la seudo-telerealidad, de este modo diríamos, quiza con un poco de atrevimiento, que son estos programas, la paradoja más grande de la televisión actual, y probablemente de toda la historia de la television.



Un saludo


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2 comentarios:

  1. muy buen escrito, aqui en españa tenemos un cancer llamado Gran Hermano, ya van por la décima edición y estan preparando la undécima. EL primer tenía gracia pero a partir del 3º siempre era lo mismo, gritos, insultos, sexo... una puta mierda.

    un saludo!

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