miércoles, 26 de agosto de 2009


También fuimos adolescentes, pero...

por Wiliam Ajanel

La adolescencia sin duda marcó una parte importante de nuestras vidas, en la que experimentamos fenómenos físicos y emocionales que raramente se vuelven a repetir. Seguramente, las generaciones anteriores a nosotros también tienen algún tipo de reclamo que hacernos a quienes nacimos como se dice comunmente "con el pan bajo el brazo", en materia de tecnología, de medios de comunicación, de educación, de información, de conocimientos y incluso de globalización. Pero hoy en día, en su mayoría, las nuevas generaciones de adolescentes, lejos de aprovechar mucho más la cantidad de información y tecnología disponible, caen presas de lo superficial de la moda el mal ocio y la publicidad en masa. ¿Qué es lo que anda mal?

Examinando la realidad y la naturaleza humana, podemos encontrar como las poses y la imitación encuentran una enorme oportunidad entre los adolescentes, recordemos nuestros años en el instituto, donde desde ya se formaban grupos con características afines y tendencias sociales que eran más o menos parecidas a las que encontramos hoy: Elitismo, gente "popular", los estudiosos [nerds], los novatos, etc. Todas estas características que en su momento brindaron identidad [voluntaria o involuntariamente] a los adolescentes, y que los marcaron en su camino hacia la anhelada juventud. Hasta ese momento, todo era tan normal y parte del rol de los humanos como seres sociales.

El problema vino cuando estas poses se llevaron a la máxima expresión, a una especie de segregación social, donde las apariencias tomaron un rol determinante en el carácter de los individuos. Hoy precisamente notamos la manera en que los adolescentes expresan una especie de apatía hacia el crecimiento integral como personas, preocupa más lo que la gente piense de el individuo, la apariencia que éste posea, la cantidad de aparatos que pueda ponerse encima y la cantidad de gente popular con la que se relaciona, y sencillamente esto no se detiene, por el contrario es alimentado en una potencia exagerada por la influencia de los medios y la publicidad.

Otro problema de llevar una pose adolescente hasta el extremo consiste en el trato irracional y exagerado que se le presta a los conflictos de la edad, si es cierto que en la adolescencia, la mayoría presentamos conflictos emocionales bastante fuertes, es necesario tomarlo como parte de un crecimiento, en el cual sin duda alguna tendremos que sufrir algún tipo de pena o incomodidad. Pero resulta que hoy, una rabieta o berrinche de un adolescente se puede llegar a considerar como un caso clínico o médico, surgen enfermedades que nunca soñamos o imaginamos que existirían, se trata en ocasiones al adolescente como una especie de víctima indefensa, cuando en realidad sólo necesitan un poco de tiempo para superar las crisis emocionales.

Las poses naturalmente son algo inevitable, aún de adultos conservamos ciertas actitudes frente a la vida que son ajenas a nuestra personalidad, pero sin duda alguna, es en extremo dañino llevar lejos tales poses, y transformarlas en un modo de vida.

Finalmente, creo que la mayor responsabilidad recae en los padres [o persona encargadas] en mostrarles a los adolescentes que todo este proceso es necesario para crear un carácter que más adelante los definirá como personas, pero que no intenten engancharse a una pose permanente, porque el mundo es enorme, porque el conocimiento es importante, y porque los individuos a la larga nunca dejamos de crecer; enseñar valores que pareciera quedan como obsoletos: la amistad, la humildad, la sencillez, el respeto, etc.

Todo este cuento vino por causa de comportamientos que se hacen cada vez más comunes en el área donde vivo, y resulta que en los últimos días hay adolescentes que son más violentos, aún entre sus propios amigos, chicas que son capaces de dejar de hablarle a alguien sólo porque le quitó de "sus amigos" favoritos de equis red social en internet, o de gente que siempre tiene una frase como "yo fui el primero en tenerlo" en cada cosa que aparece en el mercado. Quiero creer que la sociedad no se está reduciendo a simples trivialidades, llena de quasi niños que visten y lucen bonito, que pueden echarse encima el sueldo del mes de sus pardres pero carecen de una pizca de agradecimiento, teniendo en frente un mundo tan grande y diverso.



Un saludo
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8 comentarios:

  1. Yo estoy saliendo de la adolescencia :-O ... y claro que es difícil, y como vos decís es parte del crecimiento de los humanos ... y es cierto que muchos padres contribuyen a adolescentes con egos gigantescos, y la sociedad por su parte les obliga a tener egos moldeables adaptables, condicionados.. sin identidad realmente ... entonces tenemos egos gigantescos sin identidad, sin sentimientos, sólo emociones, euforias, situaciones orgiásticas pasajeras que necesitan ser renovadas .. desde hacerse marcas con gilletes en la muñeca hasta consumir productos ... se vale de todo ....

    lo que fromm llamó caracter mercantil ... solo que ahora, en el siglo 21, con esteroides.

    saludos! ..

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  2. Igual es que aun soy jóven (43 años) pero en mis tiempos los adolescentes era(mos) exactamente igual que los de ahora, es más, comparados con los comportamientos violentos que teníamos en los 70 y principios de los 80 (influía una profunda crisis, desinsdustrialización, paro, pobreza, lo cual de por si es malo, pero viniendo de épocas mejores se hace más sangrante) los adolescentes de ahora son unos bebitos.

    Y si ya los comparamos con los tiempos de mi padre donde beber hasta caer en coma o matarse a golpes por una tontería no era raro, era parte del "honor" que debían defender.

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  3. Como Arturios, yo considero que los adolescentes son los mismos antes que ahora que más tarde. Que lo que cambia es el mundo de los adultos...
    Es decir, antes no había tanta competitividad por conseguir público, seguidores, etc como ahora (llegándose a inventar muertes como en Sálvame de Telecinco). Antes, los anuncios aunque bobos eran más sinceros que ahora y no llamaban tanto la atención. De hecho, creo yo, que los padres que vivieron antes intentan dar a sus hijos todo lo que ellos no pudieron tener (o eso creen)... dándoles el gusto de ser mimosos y poco éticos en plena adolescencia.

    Un adolescente necesita muchas cosas para conseguir desarrollarse como persona, vale sí, necesita cosas como cariño, trato amable, satisfacción de sus necesidades, etc. pero también necesita saber los límites, saber quién manda (si los papás o ellos), qué cuesta cada cosa en su vida, lo importante de verdad, y sobre todo las reglas.
    Porque se gastan el sueldo de sus papás como si nada, y luego no tienen la consideración de tratar bien a sus padres... eso sí que da vergüenza.

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  4. EL Guille: No te preocupes, yo también estoy recién saildo de la adolescencia [25 años xD]y sin duda los padres tienen mucha participación en ese carácter mercantial [consumista le digo yo] del cual hablas, pero llega un punto en el que tenemos que hacernos responsables de nuestros propios actos, y puede que allí estemos fallando por estos días, los actuales adolescentes en su mayoría no se hacen responsables de nada, sencillamente viven demasiado atentos al entorno [igual que muchos adultos por supuesto]y a la influencia de los medios, porque hoy en el mundo teen, eres un rarísimo si no has escuchado el último disco de los Jonas Brothers, y si no te sabes las últimas noticias de Hannah Montana, el mundo Disney se ha comido el cerebro de un tercio de la población, mientras que el resto ya pasaron a mejor vida [MTV].

    Claro, los patrones de conducta se repiten, y en ese sentido hago la salvedad del título, pero creo que hay límites.

    Arturios: La juventud se lleva en el alma xD Y siendo honestos, alguien que ha vivido lo que tu puede darnos un mejor panorama de las cosas, recuerdo algunas cosas de la adolescencia de mis hermanos mayores, y sencillamente esa pobreza y en ocasiones la guerra, no permitía hacer crecer esos egos enormes de los que habla El Guille. La violencia más que una actitud de moda, era una reacción natural de la crísis de esos años, pero si miramos con cuidado, la actitud que están tomando los adolescentes de ahora [que golpean a sus padres, que violan a sus amigas, que insultan ancianos] da un poco de miedo pensar en haber hecho cosas como esas en el pasado, cosas que nunca cruzaron por nuestra mente.

    Y hoy muchos hasta desconocen el "honor" porque se ha sustituído por protagonismo sintético.

    En conclusión si antes existían muy pocos valores, hoy no ha mejorado en nada la situación, en mi humilde opinión.

    Vagabundo: Creo que la palabra más importante que has dicho, o al menos la que más me llamó la atención fue "límites". Nosotros sabíamos que podíamos hacer muchas cosas, podíamos expresar nuestra rebeldía de muchas formas, pero conocíamos hasta donde podíamos llegar, existía una enorme línea roja que no era traspasable, al menos para la mayoría, pero algo pasó y esa línea se borró, o es cada vez más débil.

    No insinúo que estemos en la hecatombe social de los adolescentes, pero hay que poner especial atención y cuidado la manera en que se los está criando, porque este mundo que han conocido, tardó mucho tiempo y sangre en ser como es.

    Es de reconocer que también existen mentes brillantes entre los adolescentes, han vuelto cientos de genios de las ciencias y las artes, porque el mundo en algunos lugares es más generoso y los sueños por suerte aún no han muerto, pero son los pocos como siempre, y los que menos ruido hacen.

    Un saludo

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  5. Recuerdo que en Argentina hay una frase que dice "Todo tiempo pasado fue mejor". Esta frase se dice con el tonillo de voz necesario como para que quien la escucha comprenda que no es cierta, que las cosas se han mantenido iguales desde los tiempos de Roma, lo que ha cambiado es la tecnología del estímulo.

    Un adolescente común es bombardeado durante todo el día con un mensaje: Consume. La mayoría responde a este mensaje y, como siempre, existe una minoría rebelde que se denominan "anti-sistemas".

    Adolescentes que violan, matan y roban han existido todas las épocas y no creo que hoy haya más que en el pasado.

    Por otra parte, los adolescentes más inmaduros son, por lo general, los que más se hacen escuchar pero, atenti, eso no significa que existan una gran cantidad de adolescentes que trabajan de sol a sol, o que estudian o que hacen ambas cosas.

    Hemos de romper los arquetipos, los paradigmas, hemos de alejarnos de las ideas preconcebidas y de las generalizaciones porque allí podemos encontrar el sensacionalismo más no la verdad.

    Un abrazo.

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  6. Todos hemos pasado por la adolescencia, unos de diferente manera y es que es muy difícil porque se empiezan a crear dudas y preguntas que muchos padres no logran resolver, la diferencia entre lo bueno y lo malo es un problema que tiende de un hilo, se asta expuesto a muchas malas amistades, lo importante es escuchar a nuestros padres y maestros para orientarnos.

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  7. Muchos jóvenes no logran salir bien de la adolescencia ya que por mala orientación de amigos, rigen su vida de forma incorrecta, el uso de drogas y otros vicios es parte de su mala filosofía, creo que todos los adultos debemos tratar de dar un buen consejo o el mismo ejemplo que nos dieron nuestros padres si en dado caso pensamos que estos fueron buenos y nos ayudaron el la vida diaria.

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  8. Hola,

    Me ha gustado mucho la entrada. Y me gustaría enfatizar el carácter "trivial" que has comentado de la juventud.

    No se si los jóvenes somos los más influenciables, pero es cierto que en general, muchos siguen ciertos criterios de conducta "estandarizados", que al fin y al cabo les despersonalizan.

    La cuestión de la apariencia (tanto física como de comportamiento) es crucial para un joven: el tema de la vestimenta o la música es bastante importante, por ejemplo. Y en realidad son temas supérfluos porque no se desarrolla el interior de las personas. Luego, no se mira hacia el interior de las personas sino directamente la apariencia.

    Y la diversidad (que la hay, pese a la moda pija y pachanguera que intenta imponerse), que en principio no debería hacer daño a nadie, se convierte en un arma de doble filo porque los jóvenes (en general), en vez de practicar la tolerancia entre ellos, practican el sectarismo.

    Y la explicación de este comportamiento radica en el funcionamiento intrínseco de la propia sociedad; en la realidad económica y social del sistema capitalista, que evidentemente también practica el sectarismo con sus ciudadanos.

    Precisamente las desigualdades sociales se convierten en el motor de la intolerancia, del rechazo al que es diferente, a juzgar sin conocer (prejuicios), a tener miedo, etc.

    Y esto ha sido así (como han expresado algunos usuarios aqui) durante varias generaciones, porque la sociedad está atada a unas relaciones económicas y jurídicas muy estrictas (pero que pasan totalmente desapercibidas), que son las propias del sistema capitalista.

    Y para concluir, decir que la ignorancia generalizada, es la que permite que este modelo, que estas conductas y estas relaciones, se propaguen y se realimenten constantemente creando un cículo vicioso muy difícil de destruir.

    Ánimo y mucha suerte con el blog.

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