viernes, 26 de febrero de 2010


¿Cuánta influencia deberían tener los políticos sobre la vida de los ciudadanos?

por Wiliam Ajanel

Muchas personas ignoran, y en el peor de los casos, son indiferentes frente al hecho de la influencia de las decisiones de los políticos sobre la vida de los individuos. Es muy sabido que tales decisiones no afectan aspectos puramente organizacionales hablando de un estado; y que los gobiernos buscan, entre otras cosas, de manera idealista y en ocasiones amparados de las más brillantes y buenas intenciones, "mejorar" la vida de los ciudadanos, que voluntaria o involuntariamente decidieron dejar en sus manos aspectos tan importantes que indudablemente modificarán la cotidianidad de los seres humanos que conviven dentro de la sociedad.

[ "V" by gato-gato-gato on Flickr under cc]

La pregunta importante sería ¿cuáles son los límites de esa discrecionalidad con la que muchos políticos toman decisiones importantes en el que hacer gubernamental?

Como mencionaba al inicio, muchos ignoran que son los políticos quienes al final toman las decisiones que afectan de modo directo o indirecto en la vida de los ciudadanos; los políticos crean leyes, dan privilegios, reciben apoyos y fomentan proyectos que implícitamente tienen un costo para la sociedad; costo que se traduce en recursos económicos y humanos, sin mencionar el costo de oportunidad que implican las decisiones que toman.

El sistema económico, las importaciones y exportaciones, la educación, la salud, el empleo, los medios, la botella de ron, las calcetas de la abuelita, el combustible, las bragas de tu prima, el chocolate que venden en la tienda, el periódico que leíste por la mañana, y todo, absolutamente todo lo que podemos imaginar, tiene algún tipo de regulación, tasa impositiva, legislación o privilegio dentro del alcance del poder político ¿Pero cómo puede importarnos tan poco la influencia que tienen los políticos sobre básicamente todo los que nos rodea? Indiferencia, confianza en el ejercicio responsable del poder, ignorancia y en muchas ocasiones, impotencia.

Y nos importa poco siempre y cuando no nos veamos perjudicados de forma directa en las decisiones de los políticos, siempre y cuando nuestra burbuja permanezca flotando sin la más mínima amenaza de un alfiler a la vista; porque es exactamente lo que sucede cuando los políticos se meten con sectores específicos de la sociedad; entonces si nos acordamos que existe la democracia; entonces si recordamos que el poder de nuestras vidas es nuestro y de nadie más; pero mientras sea el carpintero, el bombero, el corredor de bolsa, el empleado de una refinería y no nosotros, puedo ser indiferente a la acción política y las decisiones discrecionales.

Tarde o temprano el individuo se ve acorralado por la regulación estatal en aspectos que parecerían escapar del todopoderoso dedo del gobierno y los políticos de turno; justo cuando reaccionar resulta imperativo y no alternativo; justo cuando manifestarse resulta una práctica que evidencia la agonía del individuo libre y racional. ¿Deberíamos esperar hasta que eso ocurra para entonces si, acordarnos que vivimos en democracias nominales?

La respuesta es sencilla, la aplicación al sistema de gobierno, casi utópica. Limites; no se puede concebir la idea de un político actuando sabiamente al apego de la voluntad popular; aún cuando este halla sido electo democráticamente, sus decisiones no siempre lo serán; aún cuando su corazón reboce las más filantrópicas intenciones, el político está expuesto a fallar y aplicar discrecionalidad en sus decisiones. Es importante entonces, definir esas áreas de alcance común que deseamos encomendar al gobierno para su posterior aplicación práctica; esas áreas que no pueden quedar en manos de individuos con millones de ideas sobre un mismo tema [la seguridad y la justicia por ejemplo] y definir también aquellas áreas sagradas del actuar individual; donde la intervención no es un remedio sino más bien, una enfermedad; áreas donde el individuo pueda ser verdaderamente dueño de su cuerpo, sus ideas y su mente, donde sus prácticas personales no estén al alcance de la influencia política, y estén limitadas sólamente por el más básico principio del respecto ajeno y la sana convivencia.

Otra respuesta, muy popoular quizá, pero poco comprendida respecto a su alcance es la participación política; involucrarse en procesos donde la acción humana sea reconocida como un medio solamente, para garantizar el buen funcionamiento de la autoridad delegada y no como un fin en sí misma para tener más que una excusa para ejercer el poder a beneficio personal y a costillas del estado. De esto poco se puede hablar que no sea del conocimiento popular; recalcar sólamente que una participación democrática no abarca sólamente el activismo o militancia política, sino también la decisión individual responsable.

Que bonito y que de cuento sería que pusiésemos vivir en un país donde los políticos [que no es que sean prescindibles del todo] se dedicasen a garantizar lo que por derecho se las ha sido delegado, y respetar a los individuos en su forma de actura, pensar y dirigirse por la vida; donde los políticos no se metan con lo que consumo, con lo que miro, con lo que escucho, con lo que como; que la influencia de las deciciones políticas se aparten de aquella lata de frijoles, de los neumáticos del automóvil, y por supuesto, de las bragas de tu prima.



Un saludo.


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miércoles, 17 de febrero de 2010


Cultura independiente vs mainstream; del borreguismo cultural hacia la expresión individual

por Wiliam Ajanel

Un pensamiento precoz que dominó mi mente desde la adolescencia es el hecho de entender quiénes y cómo se determina lo que debe o no divulgarse a nivel masivo en los medios y la cultura entre la sociedad. Inicialmente muchos nos enfrentamos con la desilusión de ver a nuestros héroes de la expresión artística sumidos en el más cruel anonimato popular y preguntarnos ¿Por qué? ¿por qué este hombre tan talentoso no llegó a destacarse? Seguido del abrumador hecho de lo que llamo "talento de microondas" donde sujetos sin habilidades y talentos extraordinarios llegan a la cima de la fama y la divulgación tras su paso por el estratégico y "exitoso" mundo del marketing audiovisual.


Modas, tendencias, formas de pensar que determinan lo que nos rodeará durante las próximas temporadas y épocas del año, suelen reñir con el buen gusto de un grupo limitado y pequeño de individuos a los que les preocupa en ocasiones más el fondo que la forma de estos "productos" de la cultura; llámese música, ropa, literatura, pintura, actuación, etc. El mainstream, como coloquialmente se le conoce a la cultura popular, se ha convertido en un monstruo imparable que domina a la mayor parte de la sociedad, trascendiendo idiomas, razas y geografía.

En contraparte, la cultura independiente [cultura indie le llaman algunos] intenta encontrar espacios de expresión cultural que puedan servir como plataforma para proyectos artísticos de una notable calidad, pero con poca capacidad de difusión; en la actualidad, se puede decir que uno de los medios más útiles para los propósitos de la cultura indie es internet, que por medio de la web y las redes sociales ha logrado vencer una de las barreras más grandes hasta hace un par de décadas: El tiempo y la distancia.

Lamentablemente no ha sido suficiente el acercamiento cultural que ha logrado establecer la cultura independiente por medio de este canal; sigue habiendo grandes desventajas en materia de promoción y divulgación respecto a medios que siguen teniendo una fuerte influencia aún sobre las nuevas generaciones, tales como la televisión, la radio y los medios escritos.

Pero, siendo conscientes de la situación de la situación de ambos tipos de cultura, que lejos de permanecer en confrontación, deberían complementarse ¿Qué solución tiene la cultura independiente para tener un impacto justo y equilibrado en la sociedad y dejar de ser simplemente una plataforma de frikis y excéntricos?

La educación; indudablemente juega uno de los papeles más importantes en la formación del individuo desde temprana edad hasta su realización como profesional. Intentemos imaginar una formación educativa desde las aulas que promueva la búsqueda de la formación intelectual y artística en medios alternativos e influencias fuera de la cultura popular. Siendo que la cultura tiene un impacto potencialmente fuerte en los individuos, no suena descabellado, por ejemplo, pedir a los alumnos que se informen en medios alternativos sobre asuntos que involucran a los medios de comunicación y el arte en general.

Los medios; que sin duda alguna pueden convertir el formato de sus espacios en una plataforma para la divulgación de proyectos artísticos y culturales que puedan influenciar de manera positiva a las masas, y juntamente con esto, dar cobertura a muchos sectores que permanecen en el olvido, tan sólo por ser nichos "no tan rentables"; si se estuviera conscientes de que no todo va a ser negocio, creo que tanto el mainstream, como la cultura indie se podrían complementar.

Los individuos mismos; que no por ser la minoría más pequeña, es insignificante. Quizá este sea el punto más importante para una transición cultural y mediática, si bien es cierto que los medios tienen una fuerte influencia sobre los individuos, estos aún conservan [exceptuando lugares donde no se respeta la libertad de expresión] el libre albedrío; considero justo que cada uno pueda dar un valor significativo a las cosas que consume, la música que escucha, los libros que lee, la ropa que viste; todo esto en un conjunto de juicios de valoración que finalmente van a interferir no sólo en su expresión cultural, sino a un nivel más personal en sus costumbres y modo de vida. Es injusto tomarse con ligereza aspectos que nos afectan directamente como personas.

El individuo determinará si quiere escuchar música basura, leer literatura barata [y está claro que no me refiero al precio de venta del libro] prendas que cuestan dos salarios mínimos y cuyo único beneficio es ese pedazo de etiqueta que traen colgado y una pequeña marca en alguna parte. En fin, cada una de esas cosas que parecen estar dictadas por alguna especie de divinidad en las alturas, pero que en realidad, y siendo un poco utópicos, podríamos pensar que desaparecerían si tan sólo nos tomáramos más en serio nuestras elecciones como individuos.

Para finalizar, considero que no se trata de rivalizar por unos cuantos minutos de protagonismo, o de predicar una especie de superioridad intelectual y moral; ya que tanto dentro de la cultura popoular o mainstream, como en la cultura inependiente o indie, hay cosas que suman a la riqueza cultural de las sociedades, tan sólo es necesario plantearse la manera en la cual ambas formas de expresión cultural tengan un justo y equilibrado impacto en la sociedad actual.


Un saludo


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