lunes, 29 de junio de 2009


Cuestionar la información, el deber del ser pensante

por Wiliam Ajanel

Si fuera niño me encantaría volver a esas aulas y que lo primero que me enseñaran a escribir fueran las siguientes preguntas: ¿Quién? ¿Por qué? y ¿Para qué? Y es que no hace falta abrumar a los niños con pesadas cátedras de filosofía, cuando se puede comenzar por algo tan sencillo como el arte sano de cuestionarse. Inevitablemente, una persona que aprende a cuestionar su entorno, pronto aprenderá a interpretar la realidad tal y como es, sin engaños, sin estafas, sin ignorancia y desinformación. Pero lejos llegamos sin darnos cuenta de que culpa de la ingenuidad y la falta de escepticismo, incontables personajes de la historia se han burlado de pueblos y generaciones enteras.

Y es que el poder de los medios sobrepasa la misma integridad de los humanos como personas inteligentes y capaces de razonar, y con la mala combinación de una educación mediocre, hacen que cada día sean más las personas que dejan el destino de la información en manos de intereses mezquinos y personalidades de baja moral. No es extraño encontrarse con noticias y artículos "seudo científicos" que alarman a la gente sobre su situación médica, emocional y física. Salen al mercado medicinas "milagrosas" que pueden curar el mismo cáncer que por años los médicos han atacado, pero no han podido eliminar.

Es tan normal encontrarse con cada desvarío de algún mercenario malintencionado, que utiliza a los medios a su antojo para respaldar sus intereses económicos o políticos, diciendo toda mentira y engaño posible, porque desde un micrófono y detrás de una cámara "Todo es Posible". Sin embargo me temo que tales personajes no sean culpables del engaño y la mentira que se mueve a través de los medios. Una vez más, como sociedad fallamos al permitirnos el lujo de ir con los ojos vendados, corriendo detrás de ilusiones y rostros bonitos que nos ofrecen la felicidad y el bienestar, a tan sólo 10 pesos la libra más costos de envío.


Siendo más duros y afinando un poco más la vista nos encontramos con las noticias, la información y la prensa. Noble labor la de miles de personas que se esfuerzan y trabajan por ofrecer al mundo la realidad de las cosas con el riesgo que tal trabajo supone. ¿Pero qué sucede cuando la voluntad del periodista/reportero/camarógrafo/etc. se ve influenciada por la mala ética de los dueños de los medios? Sencillamente nos comemos verdades a medias, e incluso mentiras disfrazadas, que no aprendimos a cuestionar, por pereza o falta de información.

El deber de todo ser pensante e inteligente debe ser siempre cuestionarse, sobre el mundo, la sociedad, la información, el mercado, y todo aquello que pueda interferir en la vida del ser humano y los individuos, y de este modo evitar ser presa de las estrategias formuladas por mentes siniestras que buscan llevar adelante sus planes ilícitos y sus ideas torcidas, después de todo, por cada persona que produce una buena idea, hay miles más que tienen otras no muy buenas, pero que con una buena inversión de capital y divulgación en los medios puede llegar a ser tan próspera como venenosa.


Cuestionar amigos, esa es la clave para llegar a ser parte del reducido grupo de gente que no acepta el mundo como se lo venden, estoy seguro que pocos nos atreveríamos a dar de comer a nuestros hijos algo que nos vendieron mientras estábamos dormidos, exactamente lo mismo pasa con la información que obtenemos a través de los medios.

Por último, recuerdo que de niño tuve la oportunidad de toparme con anuncios de televisión que promocionaban una famosa pulsera [olvidé el nombre por suerte] que tenía ciertas piedras con propiedades curativas y no se que más. Recuerdo que estuve mucho tiempo queriendo juntar dinero para regalarle una a mi madre [ingenuidad infantil] hasta que por medio de la sutileza de un amigo me enteré de que no era más que un truco para que la gente comprara y se sintiera mejor, pero que en realidad era algo tonto pensar que una pulsera tuviera propiedades curativas [es obvio que no fueron las palabras que utilizó mi amiguito] y finalmente decidí regalarle unos vasos a mi madre, que no curaban pero si la hicieron sentir mucho mejor...

Las penas que me hubiera dado la famosa pulsera, pero se que hay miles de personas que siguen consumiendo tales productos, y quizá en el fondo no sea culpa de ellos, sencillamente, no los educaron...


Un saludo

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martes, 23 de junio de 2009


De cómo la publicidad se hizo despreciable

por Wiliam Ajanel

Lejos de lo que se esperaba de la publicidad, y de su verdadera función como elemento de alcance, información y diferenciación para presentar y promocionar un producto, se ha convertido en una molestia y una actividad fastidiosa para una buena parte del público. Ni diseños extravagantes o fuertes campañas con personalidades famosas lograrán dar marcha atrás a todo un camino de desaciertos, ya que, producto de la evolución y expansión de los medios tradicionales y no tradicionales, la publicidad ha ido ocupando espacios "sagrados" para la vida de los individuos, y precisamente esa podría ser la mayor molestia entre las actuales generaciones que sencillamente hemos aprendido a pasar de la publicidad, porque se hizo despreciable.



Parecen muy lejanos los días en que ver o escuchar un anuncio en la televisión y la radio era motivo de curiosidad e interés por saber las novedades, por escuchar aunque fuera por un instante eso novedoso e interesante que nos ofrecían los productores y comerciantes. Definitivamente la labor publicitaria, que incluso se considera como un arte, tenía un valor en la mente de las personas que deseaban y necesitaban saber de lo que se estaban perdiendo. Sin embargo, hubo un momento crucial en el que la saturación de los medios y los "clientes" hizo desviar el curso de la publicidad, convirtiéndola en ente primordial para el funcionamiento de los mismos medios. Por supuesto, resultó un excelente negocio.

Como la mayoría de cosas en esta vida, en una pequeña porción dejan con la curiosidad de esperar más o incluso llegar a necesitar más, pero la ambición y la avaricia superaron el interés por mantener al público contento, y pasaron de tener pautas publicitarias de 5 minutos, a las ya conocidas y despreciables pautas de hasta 15 minutos de publicidad tanto en la radio como en la televisión, una total falta de respeto hacia miles de usuarios que aprendimos a tolerar semejante barbaridad.

Los medios impresos no tardaron en adoptar la idea, y los diarios "informativos" comenzaron a abarrotar sus páginas con hermosos anuncios publicitarios que incluso servían para llenar los espacios vacíos que dejaba la falta de información periodística e importante, es vergonzoso abrir un matutino que en su mayoría sean páginas amarillas, publicidad corporativa y anuncios varios, pero aún así, teníamos y debíamos seguir tolerando tal actitud. Todo esto sin mencionar la cantidad de contaminación audiovisual en las calles, carreteras y espacios públicos, comenzamos a notar que no podíamos caminar distraidamente sin toparnos con alguna valla publicitaria o un poste tapizado de afiches [impresos] de colores.

Seguramente muchos adolescentes y niños de las nuevas generaciones lo perciban como algo tan normal, pero tu que te has sentido identificado con todo lo que anteriormente se ha expresado, pensarás incluso en antiguas generaciones que pasaron sus días sin contar con tal expresión de mercadeo publicitario y contaminación audiovisual.

Pero llegó el siglo XXI y parecía que todo marchaba con éxito en internet, la nueva esperanza de los medios alternativos y una oportunidad única para apostar por lo novedoso, lo diferente, lo creativo. Y sin más la tendencia de la publicidad prevaleció en la red, cientos y miles de páginas atiborradas de banners, adsense y enlaces a las loterías millonarias. Estaría de más hablar sobre la manera en que internet también cayó presa de la avaricia y el engaño publicitario, las pruebas saltan a la vista, y a la par de la insistencia de los medios, está la habilidad del individuo, que ingeniosamente ha aprendido a evitar la publicidad a toda cosa, creando programas como el ad-block para el uso en internet, cerrar ventanas de dudosa credibilidad, calcular tiempos en las pautas publicitarias en radio y tv, pasar de las páginas de los diarios y crear una especie de bloqueo mental para todo aquello que consideren basura.

¿Cuál es el rumbo de la publicidad dentro de los medios? ¿Seguiremos jugando al gato y al ratón, en tanto que se nos ocurre una buena manera de crear el interés en el público para dar a conocer las novedades del mercado? Sencillamente se me ocurre que los creativos y encargados de manejar los planes de medios, tienen un reto enorme encima, y es precisamente anticiparse al desprecio del público y hacer publicidad más amigable, publicidad que deje de ser un "bonito anuncio" un "bonito cortometraje" que a la de dos se olvida y se sustituye por el próximo. El trabajo consiste en mejorar la creatividad y acercarse al público sin robarle sus espacios favoritos, sus programas favoritos, sus canciones favoritas.

A pesar de todo la publicidad sigue teniendo vida en su formato "original", sin embargo los objetivos cada día son más difíciles de alcanzar, y es obvio que no se puede esperar resultados diferentes haciendo las mismas cosas. Espero y podamos en esta generación interpretar el mundo de manera diferente, y crear plataformas tolerables para el ejercicio publicitario, que en si no es ni maligno ni deleznable. Todo es cuestión de dejar de hostigar al público y tratarlo con respeto.


Un saludo

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lunes, 22 de junio de 2009


El ateo que hacía ver a Dios

por Wiliam Ajanel

"Tener conciencia por los demás es la cualidad más alta de los seres humanos..." Es una de las frases más conocidas de este oftalmólogo neozelandés, que materializó sus ideas, devolviéndole la vista a más de un millón de personas alrededor del mundo. Fred Hollows, es un nombre que despierta admiración y agradecimiento en Australia, país donde hiciera su más grande labor, y donde a pesar de haber muerto como un ateo, devolvió la vista a miles de personas que dedicaron su vida a Dios.


Frederick Cossom Hollows nació en Duenedin, Nueva Zelanda, el año de 1929, en el seno de una familia de clase obrera, siendo desde niño, una persona bastante participativa y activa. A la edad de veinte años obtuvo el bachillerato en la Universidad Victoria de Wellington, y poco tiempo después decidió estudiar en un seminario bíblico, donde se proponía dedicarse al sacerdocio y la vida religiosa, sin embargo dos años más tarde decide ingresar al Colegio Médico de la Universidad de Otago y comenzar su carrera. Después de trabajar como cirujano en el Hospital de Auckland, Fred decide especializarse en oftalmología, carrera que el consideraba como "trabajo del bien".

Su carrera profesional se hizo latente en el año de 1965, donde al mudarse a Australia se hizo profesor asociado de la Universidad del Nuevo Gales del Sur, donde desarrolló técnicas y tratamientos para la vista. A inicios de los años setenta, Hollows comienza su labor altruista, recorriendo zonas aisladas de Australia, visitando varios pueblos y tribus de aborígenes consciente de la enorme cantidad de gente con problemas de la vista, principalmente de tracoma, una enfermedad que causa ceguera si no se trata de inmediato.

En 1971 se sitúa en Redfern, una población en los suburbios de Nueva Gales del Sur, para dar atención a los aborígenes del lugar, así mismo establece la unidad de servicios médicos para todos los aborígenes.

Durante tres años, el doctor Fred visitó más de 460 comunidades aborígenes y brindó atención a más de 62000 personas, 27000 de ellas con tracoma y más de 1000 operaciones realizadas. También visitó algunas comunidades africanas y de Viet Nam, en donde también realizó programas de entrenamiento técnico a personas que se dedicaban a ayudar a gente con problemas de la vista.


"Cada año, más de dos millones y medio de personas en África se quedan ciegos... y sencillamente se quedan ciegos, sentados en sus chozas..."

Fred Hollows se hizo acreedor de varios reconocimientos a nivel mundial, en 1981 recibío un Premio al Progreso de Australia, sin embargo, Hollows consideraba eso como el flagrante desinterés del gobierno por las personas con problemas de la vista, tanto así que en 1985 se negó a recibir la Orden Australiana, sin embargo decidió volverse ciudadano australiano, y cuatro años más tarde se convirtió en consultor de la Organización Mundial de la Salud. En 1990 recibió una medalla de los Derechos Humanos y fue declarado como Australiano del Año, un año más tarde fue reconocido como Humanista del Año.

En 1992, Fred Hollows vio con gran alegría nacer su fundación, que lleva su mismo nombre y que se ha extendido a muchos países con el objetivo de dar ayuda y atención de la vista a personas de bajos recursos y de países pobres. El lema de su fundación, es una frase que en vida hubiera tomado como broma, ya que al ser ateo, se sustituyó el nombre de Dios por el suyo en la famosa frase conocida como: For God's sake [Por el bien de Dios] por la de: For Fred's sake [Por el bien de Fred] Sin duda el mayor reconocimiento que pudo haber obtenido no fueron las medallas o reconocimientos internacionales, sino el amor y la gratitud de las miles de personas que ayudó y a las que en un acto "milagroso" como solían decir muchos, les devolvió la vista, devolviéndoles la vida y la oportunidad de un mejor futuro.

Desafortunadamente el año de 1993, a la edad de sesenta y cuatro años, Fred Hollows murió producto de un cáncer diagnosticado, y su cuerpo fue trasladado a Bourke, lugar donde inició su labor humanitaria en 1970 y donde su cuerpo fue enterrado. Al final, Hollows quien murió siendo ateo, devolvió la vista a aquellos que dedicaban su vida al nombre de Dios, y sin esperar nada a cambio buscó ayudar a aquellos que más lo necesitaban y a los que sencillamente eran olvidados.



Un saludo.

Fuentes: La historia surgió de una lectura en Reddit, donde se daba la noticia de la conmemoración de la muerte de este gran hombre.
Artículo de la Wikipedia
Biografía de Fred Hollows
Imagenes directamente enlazadas
Título de la historia por
Kurioso

viernes, 19 de junio de 2009


No soy xenófobo, pero...

por Wiliam Ajanel

Brillantes argumentaciones terminan la frase del título. Sencillamente, desde que sabemos lo que significa la xenofobia, no podemos permitirnos el lujo de ser honestos y aceptar que efectivamente tenemos prejuicios y desprecio por otras culturas, costumbres, pueblos y personas. Pero hemos aprendido a engañarnos con supuestos argumentos, y hemos dado rienda suelta a nuestro odio, con frases tan hermosas que serían capaces de llenar libros y manifiestos. La xenofobia, en principio y como reacción natural hacia lo diferente no se considera mala, lo malo es el hecho de justificarla con excusas baratas y conservarla como ideal para llevar adelante a una sociedad.


Es necesario que el humano entienda que existen particularidades culturales en cada sociedad, que somos diferentes, que tenemos otras costumbres, y que sobre todo, somos individuos intelectualmente diversos. Extraño sería, si todos profesáramos las mismas visiones respecto al mundo, y daríamos por sentado que la superioridad de nuestra raza, cultura o sociedad es suficiente para llevar adelante al mundo entero [así de ridículo, pero millones de personas murieron a causa de tan deleznable ideología].

Otro error que se ha producido respecto a la xenofobia es pensar que esta ideología está basada en la superioridad de la raza blanca o aria, y que sólo los países ricos o desarrollados soportan tales prácticas hacia con los países más pobres y las razas "inferiores"; nada más lejos de la realidad, como definición, se dice que la xenofobia es el odio y desprecio hacia [cualquier] otra cultura o persona extranjera. En ningún momento se hace referencia a una expresión cultural en especifico, y es obvio que en la práctica muchas culturas de países pobres desprecian a las extranjeras, por el siempre hecho de ser diferentes.

Como mencionaba al inicio del post, la xenofobia al inicio es una reacción natural hacia lo diferente, ya que al sentirnos ajenos a las prácticas y costumbres de los demás, existe la tendencia en nosotros de rechazar automáticamente a las personas que las practican. Sin embargo, la conducta del ser humano racional, lo mueve hacia la exploración, el conocimiento y finalmente hacia el respeto. Es lo que nos hace distintos a los animales, que también practican la xenofobia hacia otras especies, pero que al contrario de los humanos, no poseen la capacidad de apreciación y razonamiento necesaria para adaptarse a un mundo que cada día es más diverso y más comunicado.

Por tal motivo, resulta tonto querer dar explicaciones a nuestro odio y desprecio hacia los extranjeros [inmigrantes, turistas, visitantes, etc] bajo la premisa de que desestabilizan o contaminan a la sociedad con sus costumbres. Hay que reconocer que en toda sociedad existen personas problemáticas y estúpidas, pero no se puede catalogar a una cultura entera, o despreciarla por una mala experiencia individual, por honor a la justicia y la razón.

Inicialmente, deberíamos comprender y aceptar que existen cientos de prejuicios en nuestra mente hacia las demás culturas, ya sea que estén apoyados en la ignorancia [creer que todos los chinos son comunistas por ejemplo] o basados en malas experiencias [creer que todos los alemanes son nazis]. Seguidamente, debemos dar paso a la razón y comprender que aunque quisiéramos conservar el orden actual o status quo de nuestra sociedad, las fronteras existen solo en los mapas, y tarde o temprano, tendremos una sociedad totalmente diversa, para bien de la humanidad, esperemos que si.

La educación se hace indispensable para evitar que la xenofobia sea más que una simple reacción, convirtiéndose en una práctica social. Si un niño aprende desde el uso de la razón que el mundo es grande, que existen millones de personas con costumbres diferentes, y que tarde o temprano tendrá que enfrentarse a al realidad de un sociedad diversa, aprenderá a conservar su esencia y respetar la del resto [siempre y cuando no afecte la libertad de las demás culturas o personas] pero muchos hemos crecido a la sombre de los prejuicios, la ignorancia y el desprecio, y tenemos como única herramienta, la información, el razonamiento y la experiencia para aprender a convivir en un mundo racional.

Por último, en una conversación con un conocido, no pude evitar cuestionar sus constantes acusaciones y desprecios hacia los "gringos" [así se le llama a los estadounidenses en mi país y en otros más] y decidí preguntarle en qué se basaba él para creer que todos los estadounidenses son como él pensaba, su respuesta incluso me causó miedo: Yo creo que todos los gringos son unos explotadores y prepotentes, porque por culpa de ellos y su capitalismo nuestros países están hundidos en la pobreza... Intenté explicarle por espacio de una media hora que su argumento no tenía validéz, pero antes de convertirse en una charla inútil decidí abordar otro tema más bonito, el fútbol. (?)

Así es, la xenofobia está presente en todas las culturas, en todos los países, pero es hora de que aprendamos a atacar nuestros propios prejuicios [buenos y malos] y dar una oportunidad a la razón y la inteligencia, evitar la xenofobia solapada y eliminar los falsos argumentos si queremos estar a la altura de lo que llamamos civilización. Recordemos, los animales también son xenófobos, pero carecen de razonamiento suficiente [como el que nosotros SI tenemos] para salir de sus prejuicios y su ignorancia.


Un saludo

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jueves, 18 de junio de 2009


Bloggers que olvidan que son hijos del vecino

por Wiliam Ajanel

Por algún motivo, por miles de razones y por un millón de excusas, algunos bloggers olvidan que tan noble labor no los hace más especiales que al resto de los mortales. Son cada vez más las veces que leo cosas como el "ego blogger" o el "blogger diva" o el "blogstar" y sencillamente me planteo: ¿Es este el rumbo que están tomando las redes sociales? Me encantaría pensar que no. Los bloggers podemos tener ideas atinadas, unas buenas, revolucionarias y otras un tanto alocadas, pero son las mismas ideas que podría tener cualquier peatón de la ciudad, y los hijos del vecino.


¿Cuál es la principal diferencia entre un blogger y el resto de los mortales? El acceso a los medios, es la única herramienta a nuestro favor, y por la cual tenemos la posibilidad de expandir nuestras inquietudes, nuestras ideas y nuestros conocimientos, ojalá todo el mundo pudiera tener las mismas posibilidades respecto al acceso.

El problema se hace presente cuando surgen las élites [muchas de ellas inician con buenas intenciones] y lo que terminan haciendo es elevando a categoría de culto, una ocupación bastante humilde si se quiere y con mucho potencial informativo. Entonces surge la apatía, la arrogancia y el ego, porque somos los más visitados, porque nos mencionó el fulanito de tal, porque todos leen mis tweets, o porque alguien decidió nombrarme el mejor blogger del año.

Y es que la fama no debe pelearse con el conocimiento, pero es de reconocer que entre esta enorme telaraña informativa y de opinión, cientos de ideas se ahogan en el vacío del olvido, sencillamente porque no los conocen ni sus hermanas. Mejorar los espacios y promover la idea de la superioridad de las ideas, antes que la fama de los individuos se hace necesario, si realmente se quiere que internet goce de cierto prestigio y seriedad, evitando a toda costa conductas colegiales y falsas modestias entre una comunidad que cada día crece más.

Sin embargo nada de esto será posible en tanto estemos mucho más preocupados por las estadísticas que por la información que deseamos promover, es por eso que cuando alguien me pregunta: ¿Sobre qué debería escribir? Le respondo que lo mismo de lo que hablaría en una mesa de cafetería con un grupo de amigos, donde no se necesita adoptar poses o caerle bien a medio establecimiento para que la opinión sea escuchada. Luego viene la especialización pero a consecuencia de una temática definida por el blogger novato [odio esa palabra xD].

Finalmente, me sorprendió un día un correo de un "blogger" que casi que me exigía ponerle un enlace en mi blog porque me hizo favor de enlazar mi blog a un sitio de promoción [no, no es de menéame xD] muy famoso en su país. Llegué a pensar en un minuto a modo de agradecimiento ceder a la petición si en todo caso el contenido era apropiado y de un mínimo aporte, pero al abrir el enlace del blog, ¡oh sorpresa! Era un blog de reguetón y "descargas" musicales. Muy respetuosamente le respondí que no podía ceder a su petición y que aunque estaba agradecido por el enlace no era una manera correcta de pedir un "favor". Muy indignado me dijo que no esperar más de su comunidad, y que era la última vez que me hacía el favor de mencionarme en su círculo blogger. [Si, yo también me reí un poco]

Definitivamente los medios son tan poderosos que logran la maravillosa tarea de comunicarnos con todo el mundo, pero no depende de nuestra simpática actitud o la gente que conozcamos, depende de la importancia de nuestras ideas [que romántico sonó eso] y de un mínimo de aporte a la cultura o ciber-cultura.

Recuerden, la persona que está escribiendo detrás de esa pantalla, también es hijo del vecino...


Un saludo.

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miércoles, 17 de junio de 2009


No se llama música, se llama marketing audiovisual

por Wiliam Ajanel

Cuando tenemos una noción básica sobre el funcionamiento del marketing [mercadotecnia si se prefiere] entendemos como funciona el mundo del entretenimiento y los medios de comunicación social. Lamentablemente, las artes no escapan del engaño y la farsa que existe detrás de cientos y miles de grupos que se autoproclaman musicales, pero que en verdad, y para conocimiento de todo el público deberían llamarse con toda propiedad y justicia: Marketing audiovisual.


No está de más dar una pequeña explicación sobre el marketing como herramienta de comercialización y ventas, sería Phillip Kotler quién definiera el marketing como:


El proceso social y administrativo por el cual los grupos e individuos satisfacen sus necesidades al crear e intercambiar bienes y servicios...

Especial interés en la palabra crear. La relación inicial que hay entre la supuesta música y el marketing es la proyección que tiene al ser llevada hacia adelante como algo que cubrirá una o varias necesidades en particular, es decir: Se obvia por completo el hecho de que la música sea una expresión artística, egocéntrica hasta cierto punto y que se sujeta a reglas muy elementales para ser considerada como tal; en cambio, el marketing audiovisual busca, por medio de un análisis de mercado donde se obtienen datos precisos sobre el público, llenar las expectativas del público, en palabras sencillas: Lo que a la gente le gusta oír.

Sin entrar en detalle de géneros musicales, se pueden mencionar aspectos básicos que en el pasado se daban conforme un orden natural y un tanto espontáneo con los famosos "rockstars" que definieron un estilo de vida bastante glamoroso y excéntrico, pero que ahora son parte de un perfil necesario para todo aquel que sea tomado como un buen ejemplar para la industria de la "música" [repito, se llama marketing audiovisual] por ejemplo:

Muchas bandas de rock, diríamos a mediados de los 70's y a inicio de los 80's iniciaron una especie de estética que les llevó a tener cierta admiración y reconocimiento por sus seguidores, expresando rebeldía y un tanto de excentricidad para diferenciarse del resto de bandas, mientras que hoy en día, es escencial que el "músico" o la estrella musical, disponga de una imagen [imagen de marketing] que le lleve a ser reconocido y parecer interesante al público al que se dirige [una estrella de pop utilizando colores pastel, ropa bonita, peinados juveniles, etc. Un cantante de reguetón visitiendo pantalones flojos, cadenas de oro y lentes oscuros. Un cantante de happy punk... bueno, sin comentarios].


En el pasado, muchas bandas o artistas musicales eran objeto de escándalos públicos, debido a su comportamiento [hay que reconocer que algunos sencillamente tenían problemas mentales] y actitud en su vida cotidiana y personal, no era parte ni de su imagen como artistas, ni tampoco les interesaba dar a conocer esos aspectos de su vida, sencillamente actuaban espontáneamente y los medios encontraron un jugoso filete para aumentar sus ingresos y engordar sus bolsillos. Hoy en día es tan fácil darse a conocer y crear una plataforma mediática si se quiere ser un "artista famoso", se hacen una película porno, aparecen en la fiesta del fulanito de tal, aparecen un reality show mostrando lo interesante que es su vida, o sencillamente se exponen al público con gran necesidad de protagonizar.


La lista de ejemplos podría ser enorme, el punto principal aquí, es que todos estos aspectos que hoy se consideran como parte de la vida de un músico y toda la plataforma comercial que los acompaña en el pasado no era más que consecuencia del éxito personal como artista y músico, la gente hacía música, cantaba canciones que el resto del público podía interpretar como propias, vivencias personales o letras sentimentales que podían atravesar la barrera de la indiferencia y hacer eco en el sentido auditivo de la gente. Hoy nada de esto es o se quiere que sea espontáneo, han hecho de la música un negocio, muy bien elaborado por cierto, porque la gente que hay detrás de toda esta industria no es tonta y mucho menos ignorantes.

Mi principal preocupación es que se siga engañando al público con la idea de que están consumiendo música, porque aunque tenga la forma, los sonidos y la estructura de música, no es más que un producto elaborado [bonito, feo, innecesario, etc] que puede tener o no éxito en el mercado al que se dirige, funciona tal y como podría funcionar una lata de atún, que si se le hace buena promoción, una buena imagen, una buena distribución de canales y medios, llegará a tener tanto éxito como latas de atún existan en el mercado.


No digo que la música esté limitada al ámbito independiente y que todas las bandas controladas por disqueras y firmas transnacionales sean producto del marketing, pero si medito sobre las características y parámetros que deben considerarse para promover algo como "música", porque es necesario llamar las cosas por su nombre, porque no estoy dispuesto a considerar música algo que fue previamente analizado con tablas de segmentación, la música por definición es un arte, una expresión del humano, y en lo personal la considero como una extensión de las emociones humanas.

No se puede entonces, poner a la par de algo que es por naturaleza, espontáneo, natural y emocional, algo que resulta de la fabricación de ideas basados en una demanda de mercado y que obedece a parámetros estrictamente económicos.


Por último, un amigo me comentó sobre una nueva banda de "punk" y me dijo que si era buenos y lo otro, y al preguntarme lo que yo pensaba respondí: Son buenos en lo que hacen, pero no lo considero música, como producto les veo mucho futuro, saben qué cantar, qué letras escribir y a qué público dirigirse, pero eso no es ser músico, eso es ser un buen comerciante.
Así que de vez en cuando me parece que es bueno plantearse si lo que disfrutamos es música, o sencillamente consumismo marketing audiovisual.


Un saludo y como siempre, las cosas por su nombre.

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jueves, 11 de junio de 2009


La ignorancia nos gobernará, hasta que no aprendamos a dar el justo valor a las ideas

por Wiliam Ajanel

"Barbaros, las ideas no se matan" solía decir un político y escritor argentino, don Faustino Sarmiento. La frase encierra un principio básico para el funcionamiento de una sociedad inteligente que dista mucho de la actual, que a menudo suele dar más valor a las trivialidades y apariencias ruidosas como la fama, el éxito económico, el protagonismo, etc. En definitiva el valor de las ideas debe ir más allá de una apreciación de las intenciones de los individuos, las ideas son el motor que hará caminar a nuestra sociedad ya sea a un camino de progreso intelectual, o a una ruina mental ostentosa de baratijas materiales y controlada por la ignorancia, una dura condena para el futuro.

Con
ceptualizando un poco el significado de las ideas encontramos varios componentes que nos ayudarán a comprender por qué son tan importantes, primero encontramos esta definición de la Wikipedia:

Idea es la Inteligencia Diferencial Entrenada y Adquirida

También tenemos esta definición de la RAE:

Primero y más obvio de los actos del entendimiento, que se limita al simple conocimiento de algo

Notamos ciertas diferencias entre ambos aspectos que podríamos unir en una sola palabra: La inteligencia. Es obvio que cuando las ideas se menosprecian dentro de una sociedad, pronto acabarán siendo sustituídas por objetos de menor relevancia, tanto en el ámbito popular como en la misma individualidad. Es por eso que hoy en día nos topamos con gente que podría dar la vida por un iPod y no tanto por un libro o un cuaderno, sencillamente porque se ha dejado a un lado la importancia de las ideas, es decir de la práctica de la inteligencia a un lado, como algo de suma complejidad.

Cuando una persona no fabrica ideas, pronto dejará de tener voluntad sobre la vida propia, y pasará a ser parte de una especie de masa inerte, que tan solo se moverá cuando los estímulos de alguien que pueda manipular el espíritu humano le ordene que lo haga, motivado por la publicidad, el mercadeo, el miedo, la desinformación, etc.

La falta de ideas o más bien, el desinterés en la creación de ideas también provoca una plataforma favorable, para aquellos que encuentran en la ignorancia una oportunidad de acceder al poder, la fama y el dinero. Un individuo desprovisto de capacidad de idear necesita por fuerza, dejar en manos de alguien más sus más básicas responsabilidades, elevando a un nivel más alto a funcionarios que tan sólo hacen lo que la otra persona por desidia deja en sus manos.

Las ideas como base de una sociedad inteligente complican la inestabilidad emocional, es decir, hace que los individuos lejos de caer en dogmas y estar convencidos de todo, busquen respuestas, contribuyan a la diversidad y construyan estructuras sólidas y sostenibles para el futuro, tal y como lo decía un amigo en una ocasión: No soy partidario de encasillarme en la ideología de otro ser humano, prefiero hacer lo mío.

Sin duda las ideas van muy de la mano con la creatividad, pero esta última resulta producto de un proceso largo de aprendizaje, experiencia e interés por mejorar las habilidades, que aunque no sean reconocidas de inmediato, en el largo plazo traen buenos resultados.

Enseñar a valorar las ideas es una tarea indispensable si se quiere lograr una sociedad digna, una sociedad que enfrente de cara el oportunismo y la ignorancia, una sociedad donde se aprecie el justo valor de las cosas, donde el conocimiento sea más importante que los distractivos, que no tienen absolutamente nada de malo, pero que están por debajo del valor del capital intelectual humano.

Cuando el humano aprenda a dar un valor justo a las ideas comenzaremos a vivir en una verdadera democracia, comenzaremos a apreciar el verdadero arte, disfrutaremos de hacer política sana, aprenderemos a dar valores reales a la sociedad. Esto puede sonar como una ilusión, una fantasía, sin embargo no estamos tan lejos de lograrlo, una generación bastaría para sentar cabeza y definir el rumbo de nuestras futuras generaciones, pero sin duda cuesta.

Por último, cuando estaba en el bachillerato recuerdo que tenía un profesor que nos animaba a pensar, a crear ideas, ya que cuando saliéramos de esas aulas, sin duda allá afuera habrían cientos de personas mejor capacitadas que nosotros, personas que habían aprendido a seguir instrucciones y se habían super especializado, pero son muy pocos los que proponen, los que crean, los que modifican y mejoran las profesiones. Ahora lo comprendo y como muchos, lamento el tiempo perdido, pero nada está dicho, es posible atreverse a pensar... vamos ¡que las ideas no muerden!


Un saludo


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lunes, 8 de junio de 2009


¡Tanta gente no puede estar equivocada!

por Wiliam Ajanel

Dentro de las prácticas más comunes en la sociedad, se encuentra el hecho de que en nuestro afán de creer y respaldar nuestras teorías, gustos y demás aficiones, llegamos al punto de argumentar en base a la popularidad de dichas cosas. Resulta que un libro es bueno porque vendió miles de ejemplares, y que equis programa de televisión debe ser el mejor por tener la audiencia más alta, o que sin duda, aquel político debe ser el más indicado, pues mucha gente votó por él, es la democracia perfecta. Lamentablemente, tales justificaciones no son más que una falacia lógica conocida como: Argumentum ad numerum, que se define como aquel que da por cierto algo, basado en la cantidad de gente que lo aprueba o lo considera correcto.


¡Tantos no pueden estar equivocados! Esta podría ser la definición más cercana a lo que es el argumentum ad numerum. A menudo la gente suele confundir la popularidad [argumento ad populum] basada en la cantidad de gente que aprueba y considera como correctas ciertas prácticas dentro de la sociedad, nada más lejos de la realidad.

Se considera particularmente peligroso, dicho argumento, ya que al igual que todas las falacias lógicas, busca interpretar la realidad a la luz de supuestos argumentos, que lo que hacen es desviar la verdadera atención sobre su validez lógica y verdadera. A la gente no le gusta cuestionarse, y a muchos les ofende que se cuestionen sus creencias, es por eso que recurren a tal argumento, escudados muchas veces en estadísticas y números, que podrían dar una sensación de éxito.

En la práctica, el argumentum ad numerum no difiere del argumentum ad populum, excepto por el uso de números, y cantidades que se utilizan como argumento, en lugar de probar la veracidad de algún postulado, se deja todo en manos de la cantidad en números de seguidores, fieles, consumidores, etc. Y esto cobra especial importancia, ya que en asuntos que involucran la voluntad popular, se suele obviar la importancia de las ideas y las propuestas, dando mayor importancia a la "cantidad" de gente que aprecia algo como cierto, aún cuando esto pueda estar equivocado y ser totalmente maligno.

Estos pueden ser algunos de los argumentum ad numerum más comunes:

Mira, este libro es un Bestseller, debe ser buenísimo...

[El hecho de que mucha gente lo comprar no lo coloca en una posición intelectual superior, un juicio valorado en ventas, en cantidad de gente y dinero, no es un argumento válido para medir el éxito de una obra intelectual]

Pues las últimas estadísticas dicen que este partido político lleva la ventaja por un gran porcentaje, así que votaré por ellos...

[La base lógica para elegir un voto, no debería ser la popularidad o la cantidad de gente que vota por un determinado partido, sino una elección inteligente donde se pone a discusión los planes y objetivos de dichas estructuras políticas]

Este blog es primer lugar en todos los rankings de la web, seguramente debe ser cierto todo lo que pone a disposición...

[Que un sitio sea el más visitado no asegura que su información sea verdadera del todo y mucho menos imposible de ser cuestionada]
La religión católica es una de las más grandes y con más devotos alrededor del mundo, según las estadísticas, definitivamente tanta gente no puede estar equivocada...
[La verdad no puede ser relacionada a una cantidad de fieles o devotos, una voluntad no es lo mismo que un argumento]


Y así podríamos continuar haciendo listar interminables de los argumentos que se utilizan tanto a nivel personal como a nivel interpersonal, ya que muchos consideran aspectos de la sociedad como aceptables en base a la cantidad de personas que aprueban determinados hechos. Hasta resulta una actitud que denota un grado de enorme pereza, donde el individuo prefiere ahorrarse la fatiga de cuestionar y debatir, dando por ciertas las cosas que a la mayoría le parece bien.

Lo importante es detectar en qué momento un argumento deja de ser lógico para convertirse en una falacia lógica, que contiene toda una estructura lógica, pero basada en argumentos que no son válidos y carecen de verdad.

Por último, en una ocasión discutía con una persona sobre una crisis política que atravesaba el país, donde se acusaba al propio presidente de crímenes graves entre otras cosas. Al preguntarle a la persona ¿Cuál era su postura? Respondió de la siguiente manera: La verdad no creo que haya sido él, ¿Viste la cantidad de gente que salió a manifestarse en favor del presidente? Esa gente no puede estar loca. Dicho eso, me dispuse a cambiar inmediatamente de tema, ya que era obvio que tal argumento carecía del más básico sentido de la lógica y la verdad, ya que no manifestó su confianza en una investigación o alguna prueba, sino en la cantidad de gente que apoyaba al presidente. Triste realmente, pero es así como dañan las falacias lógicas a la sociedad.


Un saludo

Imagen vía

Si te pareció interesante esta entrada, puedes leer la serie completa de falacias y argumentaciones lógicas en este enlace.

jueves, 4 de junio de 2009


De judío intelectual a ferviente neonazi; el hombre que desafió su ascendencia

por Wiliam Ajanel [fuentes citadas]

Conocer al enemigo. Esta es la mejor estrategia para poder estar en contra de algo, y es precisamente lo que hizo el jóven Daniel Burros, un judío de nacimiento y criado bajo las enseñanzas de la Torá, un gran intelectual del judaísmo que durante su juventud se convirtiera en un ferviente activista y líder neonazi del Partido Nazi Americano y miembro del Ku Klux Klan. Burros acarreaba consigo la enorme carga de su ascendencia judía y su reconocimiento como líder de unos de los movimientos más violentos de la historia, situación que le llevaría hasta la propia muerte, luego de ser revelada su verdadera identidad.

Daniel, nació el 5 de marzo de 1937 en Queens, Nueva York. Un niño judío americano que desde temprana edad dio muestras de tener una alta capacidad intelectual [su C.I. era de 152] lo que le hacía figurar como un buen estudiante, sin embargo, Daniel no era muy bueno con los deportes y actividades físicas, tenía problemas de la vista y un temperamento fuerte, situación que le ocasionaba constantes peleas en la escuela.

A la edad de tres años, Daniel recibío el Bar Mitzvah, bajo las tradiciones del judaísmo, en una sinagoga cercana a su casa de habitación en Queens. Su líder religioso Moses Skaist, al igual que varios de sus maestros, lo recordaban como un niño inteligente y ejemplar, y que era objeto de premios y medallas por su desempeño académico. Sin embargo, Burros también mantenía acaloradas discusiones con muchos compañeros en su adolescencia por tu inclinación hacia la extrema derecha y su incursión en el totalitarismo. El mismo Daniel se definía como un "revisionista" del nazismo, pronto aprendió alemán y expreso sobre Hitler que el sencillamente era un "incomprendido".

Burros expresó a la edad de veinte años que deseaba formar parte de una academia militar, a la cual le negaron el acceso y debido a ello, se enroló en el ejercito, donde años más adelante sería dado de baja por continuos intentos y amenazas de suicidio, en una ocasión llegó a tomarse un frasco de aspirinas, y hacerse cortadas en el cuerpo. Daniel ya daba muestras de una actitud perturbada y desórdenes mentales. Trabajó en una biblioteca y luego en la Cámara de Comercio en Arlington, Virginia donde fue despedido por conductas inapropiadas como colgar emblemas nazis en las intalaciones.

Finalizando la década de los 50, Daniel Burros se encuentra con la sede del Partido Nazi Americano, una institución creada por George Lincoln Rockwell, un ex-soldado estadounidense que creara uno de los movimientos fascistas más grandes de Estados Unidos. No tardaría en colocarse en una buena posición Burros, incluso llegó a ser secretario del partido, de donde más adelante se desafiliara, ya que como expresaba: No quería ser más seguidor de un führer, más bien el deseaba ser un führer. Sin embargo, resultó ser más una desición de Lincoln, ya que muchos miembros del partido, se encontraban inconformes con la permanencia de Burros, quien en ocasiones realizaba actos sorprendentes como querer sana comida judía, o salir constantemente con chicas judías, mientras maquinaba en su mente ideas un tanto aterradoras sobre torturas y formas de aniquilar judíos.

Fue apresado en diversas ocasiones por conductas violentas, Daniel mejor conocido como Dan, era el típico joven neonazi, violento y muy activo, fiel a sus creencias y dispuesto a reclutar a más jóvenes para la causa de los blancos, para él la raza superior, incluso se manifestó odinista, como una religión nórdica que creía en la superioridad de la raza blanca.

Hasta donde podía verse, Daniel era el símbolo de la juventud neonazi, más allá de ser un muchacho violento y con problemas de adaptación, también era un gran intelectual y muy elocuente, los círculos y élites blancas lo reconocían como una promesa, pero todo esto cambiaría en un momento, la vida de Daniel Burros daría un giro completo y el miedo y la desesperación se apoderarían de su ser, hacía falta poco para el final de este joven activista.

El periodista John McCandlish Phillips, un reportero del New York Times, quien profesaba la religión evangélico cristiana, estaba tras las huellas de Daniel Burros, quien había sido objeto de noticias por sus escandalosas conductas y su probado antisemitismo. Finalmente Phillpis se encontró con Burros, quien de manera energética y muy articulada entregó un discurso al periodista. Asombrado por sus argumentos y su capacidad de elocuencia, Phillips realizó la pregunta que hiciera cambiar el semblante de Daniel en sus últimos días: Todo eso que dices es muy interesante, pero ¿Cómo puedes creer todo eso si tu mismo eres judío? Daniel mudó completamente su expresión, y en un ataque de ira amenazó al periodista con matarlo si publicaba tal cosa.


Alojado en la casa de dos líderes de movimientos racistas, Daniel entró a la casa el domingo 31 de Octubre de 1965, totalmente molesto y con un ejemplar del Times en la mano diciendo: Me voy a matar, esta es mi vida, lo único que tengo. Declaración que sus amigos no creyeron y minutos más tarde pudieron comprobar. Daniel Burros se suicidó de un tiro en el pecho y otro en la cabeza, así daba por culminada su carrera de odio y temor. Envuelto en polémica pero ausente de la vida, así finalizaban los días de este personaje, que demostró conocimiento e incluso amor y respeto por las tradiciones judías, y al mismo tiempo despreció al pueblo al cual se refería como una enfermedad, la enfermedad judía.

Daniel Burros ha sido objeto de muchos artículos periodísticos y en el 2001 se hizo una película basada en su vida llamada The Believer o El Creyente, reconocida en el festival Sundance y objeto de muchas críticas.



Así pues, fue la vida de este peculiar joven, que en su más grande apogeo, fue presa de sus raíces, de sus creencias y de sus ideas.

Un saludo


Fuentes: La historia surgió a raíz de haber visto la película The Believer
Artículo de la Wikipedia [disponible en inglés]
Artículo titulado El secreto de Daniel Burros
Si deseas conocer más sobre Daniel Burros está este libro titulado: Enciclopedia del poder blanco [en inglés] en Google Books
Imagenes directamente enlazadas al sitio fuente.

martes, 2 de junio de 2009


La monumental Estatua de la Madre Rusia

por Wiliam Ajanel [Imagenes y fuentes citadas]

Más de 85 metros de metal y hormigón, y una espada de 14 toneladas, sin duda esta es una de las más imponentes y grandes estatuas alrededor del mundo.


Construída a finales de los 50 y finalizada en el año 1967, esta imponente estatua, situada en la colina Mamaïev Kourgan, Volgogrado [antigua Stalingrado] fue construida para conmemorar la gran batalla ocurrira durante la Segunda Guerra Mundial.



La enorme espada, mide 33 metros y pesa 14 toneladas, anteriormente hecha de acero inoxidable y hojas de titanio, fue reemplazada por una estructura de cables y hormigón, lo que la hace menos peligrosa debido al viento y la inestabilidad.



También conocida como la ¡Madre Patria llama! [Родина-мать зовёт!] la ya restaurada Estatua de la Madre Rusia, en el momento de su inauguración era la más grande del mundo.


Icono de la sociedad rusa, esta estatua alberga una de las épocas más memorables de la que fuera una de las naciones más poderosas del mundo, detrás de tan enorme figura yace el poderío de un pueblo que hoy sigue siendo una gran nación, y que en el futuro recordará, como todos nosotros el esplendor que yacía debajo de la sangre de unos héroes, y otros tiranos.

Un saludo

Fuentes:
Artículo de la Wikipedia
Todas las imagenes están enlazadas a su fuente original, bajo licencia de Creative Commons
El autor de las imagenes

lunes, 1 de junio de 2009


Corrección política; el arte de las sociedades hipócritas

por Wiliam Ajanel

Llamar las cosas por su nombre. Es lo que siempre me decía un antiguo profesor, sinceramente no entendía a que se refería cuando me lo decía [yo era muy jóven] pero luego de unos años comprendí la sencillez y la importancia que tiene esa frase en las comunicaciones sociales e interpersonales. La corrección política nos hizo caer en el más desastroso y despreciable nido de hipocrecía, ya que lo que antes era tan tosco si se quiere pero dotado de mucha sencillez y honestidad ha sido cambiado por argumentos pseudo elegantes que buscan no ofender, pero que sin darse cuenta lo que hacen es distorsionar la realidad de los problemas sociales y personales.

Sin duda, la honestidad tampoco debe mal entenderse como un desconsiderado afán de ofender o ser vulgar hacia con los demás. Sencillamente hemos modificado aún nuestro propio lenguaje con palabrería barata y eufemismos para tratar de expresar nuestras inconformidades, pero sin ofender.

Nos han enseñado en la escuela, en el hogar, en los círculos sociales a no preguntar ciertas cosas, a no expresar ciertos pensamientos, por cordura, decoro, y más que todo por parecer correctos delante de la sociedad [que no nos debe y tampoco le debemos más que respeto] y apartar nuestros pensamientos de una línea de honestidad pura. Hoy en día aún existen temas tabú, de los que no se habla en público, de los que no puedes comentar porque alguien se puede ofender. ¿Hemos abandonado la libertad de expresión por un poco de admiración y adulación barata?

No hables del fulano porque es mayor que tu, no cuestiones al gobierno porque tiene más autoridad que tu, no juzgues las actitudes incorrectas porque se ve feo. Y así se agregaban expresiones y prohibiciones que no hicieron más que limitarnos del verdadero conocimiento de las cosas y sobre todo nuestro más básico derecho a expresarnos.

Se confundió la cortesía y la educación con la censura y la hipocrecía, hipocrecía que iba llenando nuestras relaciones y nuestra comunicación. Sin duda, las actitudes dentro de la sociedad también se vieron modificadas, especialmente en los círculos políticos que aprovecharon tan preciada herramienta para conseguir el favor de quienes poco conocen las intenciones que hay detrás de un "bonito discurso".

Pero ¿Cuál es el verdadero temor de mostrarnos cuales somos frente a la sociedad? Las razones pueden variar desde un desenfrenado anhelo de aprobación, hasta intereses públicos o laborales, lamentablemente cometimos el error de dar más valor a las apariencias que a la honestidad.

Sin embargo, es posible hacer algo por mejorar nuestra situación, enseñar a las nuevas generaciones que no hay mejor manera de comunicarse que con la verdad, que nunca saldremos de nuestras dudas sino es por medio del diáologo y la sinceridad, que la política, la religión y el fútbol no tienen por que ser temas prohibidos, no necesariamente si se sabe hablar con inteligencia. Saber que el órgano femenino se llama vagina y el masculino pene, sin ruborizarnos o soltar risas apagadas detrás de nuestras manos mientras escondemos el rostro. Es necesario llamar las cosas por su nombre, porque solo así evitaremos "sentir pena" cuando necesitemos expresar nuestra inconformidad.

Es necesario llamar las cosas por su nombre porque solo así los políticos y demagogos no tendrán oportunidad de engañarnos con mentiras disfrazadas y elegantes eufemismos. Es necesario regresar a la simplicidad de la comunicación para evitar ser insultados en nuestra propia cara sin darnos cuenta. Se hace urgente salir de la hipocrecía que han sembrado los medios al censurar desnudos artísticos y naturales, sustituyéndolos por escenas eróticas, provocativas, vulgares, violentas y sangrientas, pero eso si, "sin nada de piel".

No pido insultos y degradarnos a nosotros mismos, no pido desorden y falta de respeto, sencillamente un poco de honestidad y respeto, para hablar, comunicarnos e intercambiar ideas, que no haya temas prohibidos, que de manera responsable seamos totalmente libres de expresar nuestras opiniones sin temor a ofender.

A mi no me ofende si me llamas negro, latino, indígena o inmigrante, me ofende que trates de esconder tu desprecio con finas palabras y argumentos aduladores, me ofende que sientas que debas tratarme con "más" respeto que a los demás, solo por ser diferente. No me ofende que me llames creyente, ignorante o mal educado, me ofende que presumas de mayor posición y capacidad, dirigiéndote a mi como a una mascota, pero eso si, con mucho "tacto".

Seamos honestos, seamos sinceros, seamos respetuosos, pero sobre todo seamos auténticos.

No es un consejo, y odiaría ver esto en un .ppt pero suelen cansarme algunas actitudes de la sociedad, sencillamente es una muestra de inconformidad.


Un saludo

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